Ni la actuación del BNG en el gobierno municipal del pasado mandato, ni su proceder amable de oposición en el actual, están dando réditos suficientes a los nacionalistas en la ciudad. Más de 13.000 votos se ha dejado el BNG fuera de las urnas en las autonómicas respecto a las anteriores del 2009 y en las últimas municipales perdieron dos de sus cinco concejales.
Ante esa situación, general en toda la formación en Galicia, pero trágicamente descendente en Vigo, donde llegó a contar con la alcaldía, hace augurar un plazo en el que los nacionalistas, como los populares, tendrán que decidir si ha llegado el momento de renovar o apostar de nuevo por el equipo encabezado por Santiago Domínguez, junto a José Manuel Figueroa, los dos ediles más veteranos de la corporación.
No tiene excesivamente fácil un recambio con tirón, ha perdido presencia en las estructuras de la ciudad y los equilibrios internos entre los grupos del frente pueden hacer prever que lo más fácil sería volver a contar con Domínguez como cabeza de cartel. Sin embargo, el retroceso sufrido por el BNG en Galicia en las autonómicas abre un nuevo escenario interno en el que todo puede suceder.