«Luché para que la música no fuese una asignatura maría»

maría conde PONTEVEDRA / LA VOZ

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RAMON LEIRO

29 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo de cantar lo llevaba dentro, dice. Desde niña. Y eso que en casa no había tradición familiar y a Raimunda Lusquiños le costó vencer la reticencia inicial que había en casa. Pero consiguió su sueño. Después de iniciarse de adolescente con la Sociedad Polifónica, esta soprano pontevedresa fue becada para estudiar en el Real Conservatorio Superior de Madrid y tras finalizar la carrera en 1955 con las notas más altas -en todos los sentidos- recaló en Milán, donde fue admitida en el selecto grupo de alumnos de la primera soprano de La Scala, Lina Pagliugui. Aún recuerda lo nerviosa que estaba antes y durante la prueba. «Pasé un mes antes preparándome. Y antes de empezar, ya le escuché que si no le gustaba la voz, no trabajaría conmigo. Era bastante seca, eso fue al principio, y después de que acabase de cantar, solo dijo: a las cinco en clase».

En la ciudad italiana pudo asistir con los boletos del palco de Pagliugui a varias óperas en el prestigioso teatro, donde vio actuar a María Callas y a su rival Renata Tebaldi. «Eran impresionantes, y el Scala también», recuerda. También fue elegida para cantar en un programa radiofónico de la RAI para representar a España, donde interpretó Sonámbula y Don Pasquale. A su regreso a España, antes de casarse con su novio de siempre y de carta diaria, Manuel, funcionario, y también músico -tocaba la viola-, estuvo dos años de gira con la compañía del maestro Lloret, con la que acuñó su nombre artístico, Rayda, «porque Raimunda era tan largo... Me lo puso Vicente Riaza». Y así figura en los programas de mano que conserva.

Había compartido clase en Madrid con Bernabé Martí, el marido de Montserrat Caballé, y con ambos visitó Roma durante la temporada que estuvo en Italia. «Después, tuvo un problema de corazón y los médicos le dijeron que o el canto, o la vida. Y por eso continuó ella y se quedó en casa con los niños, antes de empezar a acompañarla». Con ambos volvió a coincidir años después en Pontevedra, cuando la diva catalana inauguró el rehabilitado Teatro Principal en los ochenta.

Trayectoria docente

«Mi refugio siempre ha sido la música», subraya. Por eso, aunque renunció a seguir su carrera fuera de Galicia para centrarse en su recién estrenado matrimonio, «de lo que no me arrepiento, porque es muy difícil esa vida...», enseguida entró como profesora en el instituto Valle-Inclán y posteriormente fue una de las cuatro docentes con las que se retomó en los 50 el Conservatorio, entonces Escuela de Música.

«Este centro me lo tomé muy a pecho, y conseguí que se impartieran asignaturas de grado medio», señala Lusquiños. Esta labor, y el hecho de haber dado clase en el Valle-Inclán durante 40 años, además de haber continuado en la Polifónica hasta la actualidad le convierte en una referencia musical en la ciudad del Lérez. «Vaya donde vaya, siempre me encuentro ex alumnos -dice riendo-. Cuando empecé, Música iba con Hogar, y los nueve profesores que había en Galicia en ese momento luchamos para que no fuese una asignatura maría y fuese integrada en el Bachillerato, y creo que con ello se despertaron muchas aficiones». Asume su fama de dura, «pero eran 40 por clase y como no lo fuera...».

Beethoven, el favorito

Hoy, reconoce que las nuevas generaciones lo tienen más fácil a la hora de decidirse por esta vocación. «El Conservatorio funciona muy bien, sale gente muy preparada y en las bandas de música hoy tenemos jóvenes que han pasado por el centro».

Conserva seiscientos vinilos y dice que, para ella, Beethoven «es punto y aparte». Disfruta asimismo con Vivaldi y Mozart, y con las óperas de Puccini y Bellini, así como de Verdi, «al que tanto estudié». Dice que cuando mejor interpretó fue al estar embarazada y, en el polo opuesto, recuerda una vez que se quedó sin voz. Fue con un viaje a Buenos Aires para actuar con la Polifónica en el Teatro Colón. «Menos mal que fuimos cinco días antes. Me llevaron al centro médico, donde había estado Castelao, y tuve que pasar allí tres días sin hablar...».

Raimunda Lusquiños Abal

79 años

Soprano, ex profesora del Conservatorio, que también dirigió y ex docente de Música en el IES Valle Inclán

La Alameda, porque es la zona donde vivo y donde trabajé. Separa mi edificio del instituto donde di clase 40 años. Y cerca estaba el Conservatorio.