Objetivo: cazar tendencias

maría conde PONTEVEDRA / LA VOZ

FIRMAS

cedida

La fotografía de moda centra el trabajo de Maya Kapouski

03 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Lleva la fotografía en los genes, porque a ella se dedicó su padre. Pero aunque a Lucía García Rey y a su alter ego artístico, Maya Kapouski, siempre le atrajo esta disciplina, no fue hasta hace unos años en que se convirtió en pasión y en leitmotiv de su trayectoria profesional. Con su cámara apunta sobre todo a la caza de tendencias y aunque de moda sabe y le gusta -no en vano comenzó a cursar la titulación de Esdemga y desearía terminarla- el objetivo lo enfoca a las creaciones de los nuevos diseñadores gallegos.

«En la foto de moda entré un poco de rebote. Aunque no pude continuar la carrera de Esdemga -cuenta- conocí a gente que ya sabía que me atraía y hacía fotografía, así que empezaron a pedirme que hiciese fotos para sus proyectos de fin de carrera. Poco a poco, empecé a tener muchísimos». Uno de los que se encuentra más satisfecha es el que el pasado año realizó para Adrián Rivas, «fotos que incluso me publicaron en una revista en Valencia y tuvieron muchísimas entradas en mi web».

Maya fue el nick que se puso de adolescente cuando todo el mundo le advertía que no diese su nombre real en Internet y el apellido Kapouski es otro gracioso guiño a su infancia; era el que tenía la protagonista de la serie Salvados por la campana. «Siempre digo que Maya Kapouski es la de las ideas locas en las fotografías, que coge al diseñador y se lo lleva a un lugar a 200 kilómetros a hacer las fotos, y que Lucía García es la que hace la tesis. Son dos personalidades que viven en una».

Además de estas colaboraciones con Esdemga, Maya ha trabajado para empresas de moda como D-Due o para la marca de complementos que ha creado otra ex alumna de la escuela, Marta Domínguez Lloria, Con mis manitas. Sus imágenes las intenta mover luego por distintas publicaciones y revistas «y aunque muchas me dicen que no encajo, he publicado en más de las que creía». «Lo bueno que tiene es que no solo me publicito a mí, sino al diseñador, los modelos, las personas con las que colaboro, y me parece muy interesante conseguir un buen trabajo entre todos».

Reconoce que su trabajo no es el típico reportaje de moda. «Busco una fotografía más narrativa, intento hacer una serie de fotos, como que parezca una historia, al estilo de los fotógrafos de publicaciones inglesas», indica. «Siempre pido mucha información sobre el proyecto, qué referencias tiene, para construir luego una historia propia». Una idea que también aplica a otros proyectos fotográficos de su firma The Green Family, como las bodas. Y aunque la fotografía es «una necesidad» en la que le encanta explorar con la cámara analógica, no olvida otras disciplinas como la escultura. La obra que le seleccionaron para el Certamen Auditorio de Santiago, The youth hunters, está relacionada con el tema de su tesis, que analiza cómo el artista, igual que el adolescente, pone en duda los valores del mundo adulto.