
El modisto José Matteos denuncia que una artista americana plagió una fotografía suya tomada en el 2010 en el sanatorio de Cesuras
20 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.El diseñador afincado en Galicia José Matteos denunció ayer el presunto plagio de una obra suya realizado por una artista americana, Dascha Friedlová. Se trata de una fotografía que el modisto realizó para su exposición Project Dance y que habría servido de inspiración -y algo más- para una serie de collages firmados por Friedlová.
La imagen en cuestión fue tomada en el 2010 en el abandonado sanatorio de Cesuras y en ella aparece la actriz coruñesa Sandra Varela. Matteos tiene previsto utilizarla como cartel de una muestra sobre estilismos de danza que inaugurará en Madrid en septiembre del 2013, coincidiendo con la Mercedes Benz Madrid Fashion Week, en la que el diseñador ha participado en varias ocasiones.
Según Matteos, un seguidor suyo le alertó de que unos cuadros similares figuraban en la página de Facebook de Dascha Friedlová, radicada en Denver (Colorado) y que se declara «fascinada por la luz y la creación de diferentes estados de realidad» a través de la fotografía. La silueta de Sandra Varela se aprecia claramente en al menos tres de sus obras, celebradas por sus seguidores con numerosos «me gusta» y exclamaciones como «increíble», «magnífica» o «estupenda».
«No solo es un tema de propiedad intelectual, sino de derechos de imagen de la modelo -explica José Matteos-. No se puede usar su imagen así como así». Recuerda que en Estado Unidos «es sagrado» todo lo que tiene que ver con la comercialización de una imagen y, por ello, ha intentado ponerse en contacto con artista. «Le hice unas referencias en su muro, pero eliminaron los comentarios», señala. Ahora estudia emprender acciones legales.
Matteos no tiene muy claro cómo llegó Friedlová hasta su obra, pero tiene una pista: la página en Internet de Vogue Italia, que tiene una sección en la cual se pueden colgar fotografías. Él puso allí la imagen tomada en Cesuras y la firmó como Soettam, anagrama de su propio apellido (tal y como se lee al revés). Alguien la vio allí y quedó fascinado.