Hay quien cree que el multamóvil fue creado por Corina Porro para eliminar la doble fila. Nada más lejos de la realidad. Su auténtica función es evitar que la Policía Local tenga que poner multas de pie.
Gracias al multamóvil, nuestros agentes se levantan de la cama, se visten el uniforme ?si no duermen con él- y ya pueden repantingarse en su asiento, con el inconveniente de, en ocasiones, darle a un botón.
En otros tiempos, los municipales tenían que pasear, sacar un bolígrafo, poner cara de malos, rellenar un boleto y ponerlo en el parabrisas. Tan penosas obligaciones mermaban mucho su eficacia. Ahora, con el multamóvil, sancionan a mansalva. ¡Es tan cómodo!
En otras ciudades, hay cacharros similares, pero solo aquí le sacan los municipales todo el rendimiento a sus mullidas tapicerías. Porque Vigo es la única ciudad del orbe donde los policías no caminan. Y no exagero. ¿Recuerda usted haber visto a un policía local vigués patrullando a pie? Yo los he visto en moto, en bicicleta, en coche, en grúa e incluso en patines, por Samil. Andando, jamás.
Lo normal en el mundo es que la policía patee las calles. Se paran en un comercio, charlan con el taxista, conversan con la señora...
Londres, con la figura del bobby, ha hecho de esto una tradición. En Vigo, en cambio, los municipales solo pasean en coche. Van de dos en dos, con cara de aburridos.
Alguien debería explicar por qué la Policía Local de Vigo no anda. Que hasta en las zonas peatonales, como Príncipe o Montero Ríos, se meten con el coche. Porque, a lo mejor, si paseasen, y conociesen los problemas de la gente, no multaban tanto. Y además disfrutarían las hermosas aceras que, con sus multas, hace su señor alcalde.
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