Luis Laria es el presidente del Museo del Calamar Gigante de Luarca, el más importante del mundo sobre estos cefalópodos, uno de los cuales fue filmado vivo por primera vez en Japón
10 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Un cálido fulgor asoma en sus ojos cuando habla de su pasión, los calamares gigantes. Fue esta obsesión -«me decían que estaba loco», recuerda ahora con una sonrisa- la que lo llevó a dejar en manos de su mujer el bar que regentaba en Luarca, en el Occidente asturiano, a cincuenta kilómetros de Ribadeo, para hacer realidad el sueño de su vida. Fruto de todo ello es hoy, al pie del muelle de Luarca, el museo del calamar gigante más importante del mundo.
Esta semana Laria no para de recibir llamadas. «Esta mañana atendí a once emisoras de radio», dice. La razón es que Discovery Channel presentará el día 17 en Japón un documental en el que por primera vez se verá a un calamar gigante vivo, en su hábitat, a 600 metros de profundidad. La primicia se logró a unos mil kilómetros de Tokio, en aguas de la isla de Chichijima, bajo la tutela del naturalista Tusenemi Kubodera. Laria sabía de esta expedición desde el verano, cuando responsables de Discovery Channel lo llamaron para asesorarse y pedir documentación e imágenes del museo.
La noticia de que al fin se había logrado filmar al calamar gigante provocó en Laria una sensación agridulce: «Para nosotros era un sueño lograrlo en España, pero también sentí una envidia sana». Él lo intentó colaborando con la expedición Kraken en los años 2001 y 2003 en el caladero de Carrandi (Asturias). Dirigidos por Ángel Guerra, del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIF en Vigo, persiguieron por el Cantábrico al fascinante cefalópodo, pero no tuvieron éxito.
Por entonces Luis Laria era ya todo un experto en calamares gigantes. Su primer contacto se remontaba a 1995. Había aterrizado en Barajas de regreso de una expedición en una isla de Malasia cuando recibió una llamada de su cuñada. «Me dijo que en una pescadería de Avilés había un calamar enorme. Localicé al propietario y me contó que lo tenía expuesto, pero que ya lo habían adquirido varios clientes para comerlo en Navidad. ¡No puede ser, si se van a intoxicar!, le dije». Y lo convenció. Laria compró el ejemplar, un Architeuthis dux hembra, por 70.000 pesetas. «De mi bolsillo, pero mereció y mucho la pena», recuerda. Hoy en día sigue siendo el cefalópodo más grande de todos los conservados en el mundo. Se expone en el museo luarqués: mide 13,70 metros y pesa 147 kilos.
En los años sucesivos, hasta hoy, siguieron otras 35 necropsias, la mayoría a ejemplares capturados en el caladero asturiano de Carrandi, cuatro en la fosa de Hércules -en la vertical de A Coruña- y en el extranjero.
La Coordinadora para el Estudio de Protección de las Especies Marinas (Cepesma) que preside Laria posee y muestra en el centro de calamar gigante de Luarca la más importante colección del mundo de Architeuthis dux y de Taningia danae, además de cuatro Dosidicus gigas, capturados en Perú, donde lo conocen por el «matahombres». La fundación Smithsonian intentó comprar dos: «No aceptamos, pero cerramos un acuerdo para prestárselos». Hoy son uno de los principales reclamos del Museo de Historia Natural en Washington D.?F.
El misterio rodea a estos fascinantes animales. Hasta ahora poco más se sabía que lo desvelado con las necropsias. «Lo importante no es que lo hayan rodado un minuto, sino el hecho en sí. Hablamos de un animal mitológico; es como si hubiesen grabado al Yeti».
EN Luarca (Asturias) UN Miércoles DE 11 a 13 horas