Al delegado de fútbol, Raxoi le permitió conocer Santiago a fondo
18 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Enrique Fernández Otero
63 años
Ex comercial de Daviña y delegado de la Federación Gallega de Fútbol
Rincón
La rúa do Vilar, porque es una de las calles más hermosas y queridas para a mí
Kiko nació en Conxo, «un barrio tradicional», muy vinculado a su historia y a sus costumbres. Y un barrio con un arraigo futbolístico (el Júpiter a la cabeza) y una afición que a la postre terminaría echándole el lazo a Otero. Obviamente, no moró en el municipio de Conxo, fenecido en 1925. «Al absorber el barrio con su estación, y Enfesta con su aeropuerto, Santiago se hizo grande», comenta.
Tras las aulas, la empresa Daviña se hizo con los servicios de Kiko y, desde un observatorio de privilegio como es una tienda de electrodomésticos y electrónica, vio discurrir la evolución social al compás de las sucesivas transformaciones de los enseres y aparatos.
En paralelo fue emergiendo su vocación de animador y gestor deportivo. Y de forma precoz. A los 15 años, Kiko ya era mayor ejerciendo de directivo de las entidades del barrio: «Los barrios siempre fueron los generadores de la movida de un pueblo como Santiago». En ellos se fraguaba el deporte y en Conxo Kiko fundó el Sánchez Freire. Años más tarde se haría directivo de la S. D. Compostela con Albarrán, y secretario general del Vista Alegre, escuela de grandes futbolistas.
Su conocimiento del fútbol en todos los sentidos le condujo al frente de la delegación de la Federación Gallega en Santiago, con una incesante actividad en múltiples vertientes: «Esto es no parar». Acaba de organizar con gratificante éxito el campeonato femenino de selecciones autonómicas. Es un entregado a la causa deportiva y sobre su mesa está ahora la petición de una segunda sede de la Federación Gallega en Santiago. «Con buenas perspectivas», dice.
Desde el deporte entró en Raxoi con María Jesús Sainz. Su grupo no gobernó, pero Kiko tuvo la oportunidad de conocer la institución municipal y el extenso municipio «palmo a palmo». Siguió con Dositeo Rodríguez. Un sinsabor: «El que gobierna ve realizado su trabajo. La oposición no pinta nada». No obstante, cree que para cualquiera es una experiencia aleccionadora.
Estando en Raxoi vivió su momento más duro. Un día le llamó la secretaria del ministro Rajoy para decirle que estaba en una lista de ETA. Enrique es consciente de que pudo cambiar definitivamente de barrio. La suerte le acompañó, pero hubo de mudar de escenario laboral y de coche. Y un escolta vivió pegado a él durante tres años. «Fue un mal recuerdo», sentencia. A esa historia lúgubre quiere ponerle una pesada losa encima.
Además, Kiko es un hombre inquieto y vitalista. Lo acaba de demostrar estos días, como lo ha venido haciendo durante los últimos 25 años, con Os Conformistas. Es una comparsa carnavalesca de Conxo que él dirige y que durante tres días puso su nota de color en la ciudad, especialmente el martes. Y hasta divertirse no es una tarea fácil, aunque sí de coser y cantar. Os Conformistas renuevan todos los años su vestimenta, e incluso cambian de traje cada día: «El carnaval implica para nosotros alma de artista, creador, diseñador». Detrás de cada edición hay un gran trabajo detrás.
Pero Kiko es un hombre capaz de dejar el disfraz de Don Carnal y ponerse a renglón seguido el de Doña Cuaresma. Las procesiones de Semana Santa son una cita en la que no falta nunca.
compostelanos en su rincón enrique fernández Otero