El responsable del colectivo empresarial dice que no puede haber «permisividad total»
12 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El colectivo de vendedores africanos asentado en Lugo con motivo del San Froilán vive en condiciones totalmente infrahumanas, peores que las que tenían en el país del que escaparon. Ni tan siquiera dispone de agua corriente. A mayores, su actividad fue judicializada como consecuencia de una denuncia presentada por la Asociación de empresarios Lugo Monumental. Su presidente, Luis Latorre, deja claro que su colectivo exige que los vendedores sean dotados de unas condiciones dignas, pero advierte: «lo que pedimos es que no haya un mercado ilegal de tal calibre, que se incumplan las normas de venta ambulante, los derechos de propiedad intelectual e industrial; lo que no puede pasar es que haya permisividad absoluta».
-Tener una fiesta catalogada de interés turístico nacional con 500 personas tiradas en la calle resulta increíble. A este paso «vuela» esa declaración. ¿Usted qué opina?
-No voy a negar que pueda pasar eso. A nosotros, maldita la gracia que nos hace que haya estos problemas en San Froilán, pero no los hemos causado, los hemos denunciado, que no es lo mismo. Si nos hubieran hecho caso, tomando medidas preventivas no hubiésemos llegado aquí. El problema es que llevamos muchos años de permisividad y ahora es muy complicado darle la vuelta. Si al primero que llega se le dice que lo sentimos pero que esto se acabó y se le incauta la mercancía y lo mismo al segundo y al tercero, el cuarto ya no viene.
-Les acusan de racistas...
-Nos lo han llamado por lo menos unas cuarenta veces, cosa que a mí me molesta muchísimo. Primero, porque no es cierto. Si te acusan de algo que es verdad te duele, pero menos. Cuando es mentira te duele más. Lo que yo entiendo que es racismo, es justamente lo que está pasando. Racismo es que la gente consienta que estén en las situaciones en las que están para comprar el bolso de Tous a 15 euros. Porque de eso es lo que estamos hablando. No estamos hablando de que les den pena porque si fuera así, no les regateaban. Estamos hablando de que la gente lo que quiere es comprar el bolso falso de Tous, de Chanel o de Carolina Herrera. Esa es la cuestión. Todo lo demás son adornos. Hay gente a la que le da pena este colectivo, sí; entre ellos yo y Lugo Monumental y, por eso, nos preocupamos de que el que venga que se encuentre en condiciones dignas y de salubridad, como es lógico.
-¿Qué planteaban con sus denuncias en fiscalía?
-Esta iniciativa la tomamos porque las administraciones, digo en plural, porque es más de una la implicada, tienen que tomar medidas para que esto no vuelva a suceder. ¿Qué es lo que no tiene que volver a suceder? Que haya un mercado ilegal de semejante calibre, que haya venta de imitaciones y falsificaciones de una forma flagrante, que se incumplan las normas de venta ambulante, los derechos de propiedad intelectual e industrial... Lo que no puede pasar es que haya una permisividad absoluta como la que hubo en Lugo en estos últimos años y que hizo que este año fuera a más. Entonces, nosotros estamos con este tema desde mayo; no es que presentásemos una denuncia el otro día para dar la nota y salir en los periódicos. No se trata de eso. Llevábamos advirtiendo desde mayo que esto iba a pasar. Enviamos escritos al ayuntamiento y notas de prensa en mayo, julio, agosto y septiembre.
-Bueno. ¿Y qué plantean?
- Nosotros hicimos una propuesta en positivo. Era que el ayuntamiento designara una zona del ferial que sería de libre comercio hasta cierto punto. Cuidado: falsificaciones y pirateos, bajo ningún concepto. No lo podemos aceptar. Libre comercio quiere decir que no se le va a pedir a la gente que esté dada de alta en autónomos; libre comercio tipo mercadillo. En esa zona proponíamos que se cobrara una pequeña tasa, hablamos de 5 o 10 euros diarios que, tampoco son la muerte de nadie. Es más, estuvieron pagando mucho más y no a la administración sino a organizaciones que bueno... no sabemos muy bien a qué responden. Planteábamos que ese dinero se reinvirtiera en acondicionar esa zona. Dotarla de sanitarios, duchas, incluso cocinas. Tenemos dos preocupaciones. La primera son las pérdidas para los miembros de la asociación, que son muy grandes; la segunda, la imagen que se da de la ciudad y el bienestar de los manteros. Si yo tengo vendedores en la ciudad quiero que estén dignamente como personas que son. Pero, nos encontramos con campamentos, como el que está en Valentino, insalubres. Dios mío querido, ¿Cómo puede permitir alguien que puedan estar así?