Un par de asuntos de actualidad se han mixturado en estos días y prometen seguir muy presentes en próximas semanas. Tanto en Pontevedra como en Santiago.
Son la reestructuración del mapa sanitario por decreto y la sentencia de los sueldos de la oposición municipal en el Ayuntamiento de Pontevedra.
La asistencia de miles de personas a las manifestaciones contra el decretazo que redirecciona a 300.000 pontevedreses al CHUS en caso de necesitar una atención hospitalaria de mayor rango ha realimentado a la «marea blanca» y a los colectivos que abanderan las protestas.
Y parece claro que, siguiendo el ejemplo de Madrid, se plantean judicializar la reclamación para que se invalide semejante redistribución.
Al tiempo mantendrán la presión en la calle y en las instituciones, desde los concellos hasta el Parlamento Gallego.
Precisamente en la cámara autonómica acaba de escenificarse una intersección de aquellos asuntos.
Feijoo, el Sergas y Lores
Durante un mano a mano entre Feijoo y Jorquera. El portavoz del BNG recriminó al presidente de la Xunta que mantenga a Rocío Mosquera al frente de la Consellería de Sanidad, máxime después de saberse el fallo judicial que tumbó la promoción a jefe de servicio de su marido cuando ella mandaba en el Sergas. Y Alberto Núñez Feijoo contraatacó recordando a Jorquera la sentencia que condenó al gobierno del nacionalista Lores en Pontevedra a reponer las dedicaciones exclusivas suprimidas a concejales del PP. Ambos casos calificados, por cierto, como «desviaciones de poder» por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.
En lo tocante a los sueldos de los ediles de la oposición, las informaciones desveladas por La Voz anticipan que la propuesta que el gabinete bipartito llevará al pleno municipal del miércoles va a prolongar la polémica y la confrontación.
No me extrañaría que Moreira decida volver a llevar a Lores y a su gabinete al juzgado.