Zarzuela revivida en A Coruña

Antón de santiago

FIRMAS

CESAR QUIAN

La conocida soprano Ainhoa Arteta estuvo acompañada por la mezzo Ana Ibarra y el barítono Borja Quiza

21 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Ainhoa Arteta tiene gran tirón. La acompañaron la mezzo Ana Ibarra, el tenor Antonio Gandía y nuestro barítono Borja Quiza. Los números de Arteta no eran muy exigentes, salvo el De España vengo, de El niño judío, ovacionado, si bien la breve página de La del manojo de rosas en el ataque inicial estuvo a punto de jugarle una mala pasada.

Ana Ibarra tiene voz atractiva de mezzo, con centro y graves sonoros, que adolece de exceso de vibrato. Esto lleva a valorar la parte técnica de la interpretación lírica: el norte de todo cantante es colocar la voz en el resonador óptimo, lo que los italianos llaman «máscara». Ejemplos: Lorengar, Kraus, J. D. Flórez. Abundan las brújulas desviadas que dan lugar a defectos diversos. Ibarra resolvió muy bien la magnífica página de El barquillero y le faltó casticismo en el tango de la Menegilda.

Gandía pertenece a un grupo de cantantes, especialmente tenores lírico-ligeros, que quisieron seguir la estela de Alfredo Kraus. La correcta impostación le permitió brillo y agudos valientes, especialmente en La tabernera. Borja Quiza, profeta en su tierra, puso facultades y solvencia interpretativa: fue muy aplaudido en La del soto y La canción del olvido y encendió a Ibarra en el dúo de La revoltosa.

Cuidado de los matices

El enunciado de esta gala lírica, pertinente oferta de la incipiente Temporada Lírica, era ¡Viva la Zarzuela!, si bien la zarzuela como género esta muerta: desde la mitad del siglo XX no se realiza ningún estreno destacable. No obstante, como la música vive cuando suena, con un interesante cuarteto de cantantes, la Orquesta Sinfónica de Galicia y la guía de un director conocedor, se pudo revivir y, sobre todo, disfrutar hasta las aclamaciones.

Debe cuidar los matices e igualar los registros. Fue el triunfador, si bien todos fueron muy aplaudidos, incluido el maestro García Asensio y la OSG, pese a desigualdades en el acompañamiento y falta de vuelo. Hubo propinas muy aclamadas.