Un Concello de cabezas huecas, ineptos y cabezas de chorlito

José Manuel Rubín SIETE DÍAS, SIETE VOCES

FIRMAS

07 oct 2014 . Actualizado a las 12:19 h.

Habrá que cerrar el Principal, el Auditorio y cuantos recintos teatrales en Ourense hay. Habrá que jubilar a Ángeles Cuña, Fernando Dacosta y a quienes hacen del teatro su vida. Lo que triunfa ahora es la troupe de políticos que, bajo la dirección del alcalde, convierten el salón de plenos en un escenario dramático. El viernes, el director teatral (¡perdón, el alcalde de Ourense!) se superó a sí mismo con un vodevil digno de mejor escenario. Ordenó desalojar al portavoz de Democracia Ourensana (DO), Gonzalo Jácome.

Y todo por una cuestión dialéctica. El edil censuraba, con razón, que el PSOE hubiese votado en comisión a favor de que la carrera de San Martiño fuese de pago (como lo son en la mayoría de las ciudades) y que en el pleno lo hiciese en contra. Esa contradicción llevó a Jácome a tildar a los ediles socialistas de «cabezas huecas» («personas irresponsables») e «ineptos» («incapaces»). Al regidor le pareció mal que un representante electo les llamara ineptos y cabezas huecas (¡como si las sucesivas falcatruadas desde que él llegó al poder no se hicieran acreedoras a estos y otros adjetivos más duros!) y movilizó a dos patrullas de la Policía Local para desalojar al edil «utilizando la fuerza mínima necesaria».

Varias lecciones deja esta decisión del regidor. La primera, que como jefe del Concello y de la Policía, no duda en movilizar agentes para echar a un concejal mientras deja a su ciudad sin Día de la Bici por su falta. Otra es la contumacia de los políticos en el error pues el regidor ya había expulsado en abril a la edila de Democracia Ourensana por excederse en el tiempo de una intervención. La tercera lección es que las iras del regidor se ceban en DO, el verso suelto de la corrección política. Los demás partidos son colegas (el BNG lo puso en el sillón y el PP le apoya cuando está con el agua al cuello) por lo que actitudes similares (Rosendo Fernández llamó «mamarracha» a una edila y el propio alcalde tildó de «gusano» a Jácome) no se saldan con desalojos policiales.

Este «colegueo» (cuarta lección) es el que justifica la cobardía de los concejales de PP, BNG y PSOE que ante un hecho sin precedentes como es la expulsión por la fuerza de un edil en el ejercicio de su libertad de expresión, siguieron en sus asientos (¡no fueran a perder los 400 euros!) sin oponerse al atropello. Y la quinta y última lección es la confirmación de que todo lo que ocurre en el Concello es posible por tener a un cabeza de chorlito («persona ligera y de poco juicio») sentado en el sillón presidencial.

La frase. Los argumentos de la jueza, dice el letrado de José Luis Baltar en el recurso a la sentencia que condenó a su cliente a nueve años de inhabilitación por la contratación en la Diputación de Ourense de 104 enchufados, «poco tienen que ver con la motivación de una sentencia penal, aunque puedan servir para rellenar muchos titulares de prensa». Baltar sabe que los titulares de prensa, por muy ciertos que sean, los lleva el viento pero las sentencias dejan antecedentes penales. Por eso clama contra la jueza diciendo que juzga rumores (como si los 104 contratos que costaron 696.666 euros al erario público fueran ficticios) y sentencia a golpe de titulares.