La ourensana, internacional en aguas, abiertas también probó con las carreras
08 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Laura Pimentel está cerrando el año de modo arrollador y para muestra el botón de su tirano dominio en las aguas abiertas. Después de ganar el circuito gallego de la modalidad, volvió a adjudicarse un nuevo triunfo -el cuarto consecutivo- en la Travesía Coruña 10.000, al que sumó las victorias en el Desafío Winnerman, otro calendario a nivel nacional con pruebas que alternan la natación y la carrera pedestre. La deportista del Pabellón Ourense confía en despedir el 2014 con nuevas alegrías en su retorno a la piscina.
-¿Está satisfecha de su rendimiento a lo largo de la temporada?
-La verdad es que no empezó bien, pero poco a poco fui arrancando y terminé bastante contenta, sobre todo desde que comencé con las travesías. Nadé diez de las once del circuito gallego y gané todas menos una. Hice otra más en San Amaro y la Coruña 10.000 que gané hace poco.
-¿Cumplió sus objetivos en la piscina?
-Comencé a rendir a un buen nivel en el Open de España, en abril, y seguí mejorando en las pruebas siguientes. En el Campeonato Gallego de Verano, que se disputó en casa, ya logré medallas y en el de España, en Barcelona, también creo que estuve bastante bien, porque entré en dos finales A, pese a que este año había mucho nivel, estuvieron presentes todos los mejores del país.
-Ha tenido un año muy movido, con una fase decisiva en sus estudios.
-Sí, estoy en el cuarto año de la carrera, Ingeniería Agraria, y me quita tiempo de entrenamiento. En vez de ir aumentándolos progresivamente, me he tenido que conformar con mantenerlos. Tengo un horario muy apretado, entre lo que debo estudiar, las clases de la Universidad y los entrenamientos, me resulta muy complicado y hay momentos en los que estoy muy saturada.
-¿Cómo es un día normal para usted en la actualidad?
-Ahora que tengo prácticas, se ha complicado todo. Voy a las prácticas a las cuatro de la tarde. Salgo a las siete o siete y media, pero después tengo que ir a entrenarme y no llego casa hasta pasadas las diez. Y eso después de ir a clases de nueve a dos, toda la mañana. De momento no hemos empezado con los entrenamientos matutinos, pero a medida que avance la temporada, también nadamos de seis a ocho.
-¿Cuántas horas se pasará en la pileta cuando llegue a esa fase de ensayos más exigentes?
-Los días que doblo es de seis a ocho por la mañana y, por la tarde, de tres y media a seis, con piscina y una hora de físico, carrera, pesas o circuitos.
-¿Cómo surgió lo de presentarse al Desafío Winnerman, con tan poco tiempo libre?
-Mi entrenador fue el organizador de la prueba de Ourense y tratándose de mi club, pues decidí inscribirme. Era el primero que hacía, pero se me dio bien y gané. Después los organizadores de A Coruña se enteraron de que estaría por allí para el 10.000 y me llamaron para animarme a que fuera, me convencieron y como tenía que ir, tanto me daba viajar por la mañana que por la tarde.
-¿Practicó atletismo con anterioridad?
-Corremos lo que hacemos de físico, de lo contrario no practico en carrera, pero sí hice atletismo hace muchos años. Estuve en el Academia Postal hasta los 13 ó 14 años. No era nada serio, porque yo entrenaba a natación y no lo hacía para el atletismo, solo me llamaban cuando me necesitaban para completar el equipo.
-Con dos victorias en otros tantos Winnerman tendrá que plantearse esa especialidad.
-Es verdad que nadar me gusta muchísimo, por eso llevo tantos años haciéndolo, y correr también me divierte. Es algo distinto, un triatlón sin bicicleta y me resulta cómodo.
-¿Confía en volver a la selección de aguas abiertas?
-Este año no me convocaron, solo competí en el descenso internacional del río Navia y lo hice con mi club. Pero nunca se pierde la ilusión de volver a la selección en futuras convocatorias. Antes están otros retos.
-¿Llegará a buen nivel a los próximos meses al compaginar estudios, trabajo y natación?
-Espero que sí, me estoy centrando en los Campeonatos Gallegos de Invierno y también en los de España, claro. Me pongo la meta de llegar a las finales A de 800 y 1.500.