Ben McLemore: «En una infancia difícil y de penurias, el baloncesto era mi lugar seguro»

FORZA BREO

ALBERTO LÓPEZ

El jugador del Río Breogán define su etapa en Los Ángeles Lakers como «corta, pero muy especial»

27 mar 2024 . Actualizado a las 18:02 h.

Es el nuevo ídolo del breoganismo. El hombre en cuyas manos están buena parte de las opciones de permanencia del Río Breogán. A pesar de haber desarrollado prácticamente toda su carrera en la NBA, donde jugó más de 500 partidos, Ben McLemore (Misuri, Estados Unidos, 1993) se declara «muy a gusto» en Lugo, en la ACB y como estrella de un equipo del que tiene la plena certeza de que seguirá en la Liga Endesa.

—¿Ya está completamente adaptado al Breogán y a Lugo o aún está en proceso?

—Sí, ya estoy definitivamente adaptado. Fue una maravilla tener estas dos últimas semanas de tan buen tiempo...(risas) Ahora cambió, vuelve a llover, pero no es un problema porque yo jugué en Portland y el clima es muy parecido al de aquí.

—No debió ser fácil para alguien acostumbrado a vivir en grandes ciudades y jugar en la NBA.

—En Estados Unidos he vivido en ciudades que no eran tan grandes, así que en ese sentido no tuve grandes problemas. También tuve que ajustarme al equipo, al entrenador y a los compañeros, pero tampoco he tenido muchas dificultades porque me pusieron las cosas muy fáciles. Me gusta Lugo, es un ciudad pequeña, la gente te conoce y para mí es una maravilla poder interactuar con ellos. El Breogán es un club muy familiar, hay muy buena química entre los compañeros y con el cuerpo técnico y eso es muy importante.

—He leído que tuvo una infancia difícil, de penurias.

—Sí, así es. Pero, afortunadamente, esas dificultades que sufrí cuando estaba creciendo no me frenaron a la hora de alcanzar mis sueños. Me siento bendecido por haber estado tanto tiempo en la NBA e incluso por seguir ahora disfrutando del deporte que tanto amo.

—¿El baloncesto fue su refugio?

—Sin duda. El baloncesto forma parte de mi vida desde que era pequeño y en mi familia es una tradición. Mi padre, mis tíos, mis hermanas y mis hermanos también jugaron. En esa infancia difícil y de penurias, el baloncesto era mi lugar seguro. Además, me permitió salir del barrio y construir una vida buena para mí y para mi familia. Estoy muy orgulloso de todo lo que he conseguido a través del baloncesto.

—Jugó en Sacramento, en Houston, en Memphis, en Portland y en Los Ángeles. ¿Qué etapa le trae mejores recuerdos?

—La de Houston, sin duda. Me habían cortado en Sacramento y ese verano trabajé muy duro en el gimnasio y en la pista para estar bien preparado para el siguiente reto, y fueron los Rockets los que apostaron por mí.

—¿Cómo fue la experiencia en Los Ángeles Lakers?

—Muy corta. Pero muy especial, por supuesto. Es una satisfacción muy grande jugar al lado de estrellas como Anthony Davis y, sobre todo, LeBron James, que es el mejor de la liga, el mejor del mundo. Siempre me había atraído la idea de poder jugar en los Lakers y, obviamente, fue una buena experiencia.

—¿Cómo es un vestuario de la NBA? Da la impresión de ser una auténtica lucha de egos.

—En cada equipo en los que he estado siempre ha predominado la camaradería. De una manera o de otra, conseguimos llegar a ese punto en el que éramos como una familia. La fuerza del vestuario es muy importante. ¿Lucha de egos? Puede dar esa impresión, sobre todo en equipos en las que hay varias súper estrellas, pero a la hora de la verdad todo el mundo quiere ganar y aparcan ese ego y ese orgullo y ponen todo su talento al servicio del equipo.

—Según un portal especializado, tuvo 208 compañeros diferentes a lo largo de su carrera. Si tuviera que destacar a dos, ¿serían James Harden y LeBron James?

—Por supuesto. Dos grandísimos jugadores y dos grandísimos compañeros. Ambos me ayudaron mucho y yo también traté de ayudarles en la cancha dándoles más espacio para que pudieran desarrollar su juego.

—En la NBA cada vez se cotizan más los buenos triplistas y los grandes defensores y se desprecian otras cualidades, ¿no cree?

—Sí. Son cada vez más importantes y yo mismo he tratado de crecer por ese camino.

«Jugar en el Pazo me recuerda mucho a mi etapa universitaria en Kansas»

Ben McLemore tiene una fe ciega en él y en sus compañeros. Está seguro de que el Río Breogán conseguirá la permanencia en la Liga Endesa porque «somos un equipo con un gran espíritu de lucha», asegura.

—¿Qué impresión le ha causado el ambiente del Pazo?

—Es extraordinario, me encanta como se vive aquí el baloncesto. Jugar en el Pazo me recuerda mucho a mi etapa universitaria en Kansas, donde también son muy apasionados de su equipo. Valoro mucho ese amor que muestran por su club, tanto en los buenos como en los malos momentos. Esto para nosotros es muy importante porque nos ayuda a mantener el espíritu alto y un buen nivel de energía. Me gusta mucho jugar ante aficiones como la del Pazo.

—¿Qué principales virtudes y defectos encuentra en este Río Breogán?

—Francamente, no encuentro grandes defectos. Tenemos un gran grupo, con jugadores de mucho talento tanto ofensiva como defensivamente. Es cierto que en determinados partidos hemos sufrido serios bajones, momentos de desconexión, pero tenemos una buena capacidad de sacrificio y todavía podemos mejorar. En esto último es lo que tenemos que centrarnos.

—¿Confía en la permanencia del Breogán?

—Sí, totalmente.

—¿Con tanta seguridad?

—No tengo ninguna duda. Somos un equipo con un gran espíritu de lucha y estoy seguro de que todo el mundo, desde el entrenador hasta el último que está en el banquillo, se va a dejar el alma. Tenemos que ir partido a partido.

—¿Conocía a Justin Robinson? ¿Qué puede aportar?

—Lo conocía de su etapa en los Milwaukee Bucks. Es un jugador con una muy buena intención de pase, de involucrar a los compañeros, de llevar el balón rápido en contraataque... En definitiva, de facilitar las cosas a los compañeros. Sin lugar a dudas, es un gran fichaje.

—En este poco tiempo que lleva en la ACB, ¿le ha sorprendido algún jugador?

—La ACB es una de las mejores ligas del mundo, el nivel de los jugadores y de los equipos es muy alto. En cada rival contra el que jugamos voy descubriendo jugadores con mucho talento. Estoy disfrutando mucho de esta experiencia y de este juego físico que también me ayuda a crecer como jugador.

«¿Mi futuro? Aspiro a volver a la NBA o a seguir jugando muchos años más»

—Tiene 31 años. ¿Dónde se ve dentro de unos cuantos más? ¿Le queda cuerda para rato o ve cerca la retirada?

—¿Mi futuro? Aspiro a volver a la NBA o por los menos a seguir jugando muchos años más.

—Dio el salto a Europa el curso pasado para jugar en el AEK de Atenas. ¿Le costó decidirse o era algo que ya tenía en mente?

—No estaba entre mis prioridades, pero en el momento que tuve que tomar esa decisión rápidamente cambió mi mentalidad y me preparé para el reto. A pesar de haber estado tantos años en la NBA, creo que me he adaptado bien a este baloncesto.

—¿Por qué salió del AEK?

—Fue una decisión acordada por las dos partes.

—¿Contemplaría a final de temporada seguir en el Breogán?

—Estoy encantando en el Breogán, con mis compañeros, con la afición, con el cuerpo técnico, con los dirigentes, y lo valoraría en su momento. Ahora mismo mi mente no está centrada en nada relacionado con el año que viene, sino en lo que toca en estos momentos.