Los lucenses, con un ridículo porcentaje de acierto en los triples, solo exigieron al rival en el segundo cuarto
18 dic 2024 . Actualizado a las 15:30 h.Tenía muchas esperanzas depositadas el breoganismo en la visita al coliseo madridista. No andan finos los de Chus Mateo y el Río Breogán llegaba a la cita después de un sobresaliente partido en Canarias. Esa ilusión comenzó a desvanecerse con la baja de última hora de Charlie Moore y se transformó en impotencia conforme avanzaba el partido en el WiZink Center. El Breo concedió demasiado en el primer cuarto, se rebeló en el segundo y perdió todas sus opciones de victoria en la tercera manga: 106-69.
Todavía no se había alcanzado el ecuador de la primera manga cuando Luis Casimiro debió pedir su primer tiempo muerto. Ganaba el equipo madridista por 12-2 después de un inicio de partido en el que Jordan Sakho ganó el salto inicial a Tavares y los lucenses, a diferencia del encuentro ante el Gran Canaria, sufrieron para compartir con solvencia el balón y encontrar la canasta contraria. A sus imprecisiones se sumaba la agresiva defensa del rival en las líneas de pase. Hilliard no acertó en ninguno de sus dos triples y Nakic tampoco dio en el blanco. Fue Dominik Mavra quien estrenó la cuadrícula de puntos de un Breogán que echaba de menos la habilidad en el pase y la capacidad anotadora de su estrella, Charlie Moore, que se quedó en Lugo por problemas físicos de última hora. Con poco chance en la pintura, los lanzamientos desde el perímetro no eran la solución para neutralizar el caudal de recursos madridista, que dominaba por 19-8 después de 10 minutos.
Insistían los breoganistas en salir del atasco con los lanzamientos desde más allá del arco de 6,75 y Aranitovic firmó el primero en el arranque del segundo cuarto después de ocho fallos consecutivos del equipo. Parcial de 0-5 y leve mejoría de los celestes, que, empujados por las ansías de Erik Quintela, lograron aproximarse en el marcador (24-20) y agitar el mar de dudas por el que navega el coloso madridista. A 4,44 minutos para el descanso, Chus Mateo decidió parar el partido tras otra brillante defensa del Breo y la posterior canasta en transición de Aranitovic. Los lucenses crecían en la contención y, contra pronóstico, tenían mayor control del rebote. Pero si de algo va sobrado el Madrid es de talento individual, y a él se agarro para demarrar, dar un buen mordisco al marcador y alcanzar el descanso con su mayor renta después de dos lanzamientos de tres puntos consecutivos de Llull (43-29). El dato más desolador del Breo en el intermedio era su porcentaje de acierto en los triples: 2/16 (12,5 %).
Nakic se jugó otros dos en el inicio del tercer cuarto y convirtió el segundo. Musa estableció una nueva máxima ventaja del Madrid (49-34) y la canasta de Hilliard como respuesta se produjo fuera de tiempo. Volvían los problemas al conjunto lucense para superar la sólida defensa local y fabricar buenas acciones de ataque. En los blancos, Musa se empeñaba en volver a mostrar su mejor versión —firmó 12 puntos en el tercer acto— y Abalde era infalible desde el triple. Con 18 puntos abajo (57-39), Luis Casimiro reunió a sus hombres en torno a su pizarra en busca de soluciones que no acabarían llegando
El Real Madrid no daba tregua, ni siquiera con su segunda unidad —Hugo González, Garuba, Andrés Feliz...— y no solo defendía con mano de hierro su suculenta ventaja en el marcador, sino que la incrementaba sin ningún tipo de piedad. El duelo estaba visto para sentencia a falta de una manga: 70-48. Los últimos 10 minutos fueron de trámite, propicios para dar lustre a las estadísticas individuales en el bando madridista, y un verdadero calvario para los guerreros breoganistas, quizás ya con la cabeza en el relevante partido de la próxima jornada en el Pazo dos Deportes de Lugo ante el Girona. La permanencia estará en juego.