El valor de disfrutar cada segundo en la pista

Miguel Ángel Hoyo

FORZA BREO

ESTHER CASAS

03 feb 2025 . Actualizado a las 18:14 h.

Me encuentro ante una hoja en blanco para hacer una colaboración hablando del papel de un jugador que me ha marcado mucho como entrenador. Un jugador que me ha hecho valorar todavía más todos los aspectos de los jugadores, no solo los estadísticos. He tenido la fortuna de trabajar con Erik Quintela no solo en un club como el Xuven Cambados en la lejana temporada 2014/2015, sino también todos los veranos en Sarria, preocupado por su desarrollo como jugador, intentando ser más completo cada día. Me toca analizar cómo un jugador que a simple vista podemos cuestionar cuál puede ser su papel en un equipo de la Liga Endesa, siempre que salta a la pista rinde y suma, con una clara intención de dar su mejor versión al servicio del equipo.

Cuando analizamos las plantillas, los entrenadores siempre hablamos de lo que buscamos. Un tirador, un jugador que ordene, un jugador que sea capaz de generar... Pero en este caso, el base lucense se encarga de darnos otro molde de jugador, muy necesario en una plantilla, como es el de aportar por y para el equipo.

No es de recibo destacar su papel porque en su último partido en la cancha del Tenerife haya anotado 9 puntos. No sería justo subrayar eso porque no es lo que el capitán quiere. Lo que él pretende es que todo el mundo entrene al 100 % cada día, que todos los detalles de la planificación del partido estén bien estructurados y poder explicárselos al compañero que no los ha entendido; o hablando con el cuerpo técnico y explicándole que cierto jugador no entiende esa parte del planteamiento de partido; o atento a sumar en el banquillo cuando hay que avisar de que están en bonus o que la falta se le debe hacer a cierto jugador porque viene de fallar o porque su porcentaje en tiros libres no es el adecuado; arrimarse a un compañero frustrado en pista o en el banquillo y recordarle que el plan es la siguiente jugada y que por esa ya no puede hacer nada.

Pero además de todo eso, que son cosas que no son fáciles de ver y poco agradecidas, además tiene que estar preparado para rendir, y, sobre todo, igual que a otros jugadores se les valora por los puntos, él tiene que ser capaz de no cometer errores y provocar que otros sigan sumando. Ese es el valor de un jugador que sabe que cada segundo de partido para él es importante, porque supone seguir en la pista, disfrutar de ese segundo, de ese minuto, de rendir al 100 %. Sabe que es una vida extra que solo le puede dar paso a disfrutar de otro minuto y, sobre todo. de seguir ayudando a su equipo.