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Los celestes dieron el necesario paso adelante tras el descanso para neutralizar y ganar a un rival con un amplio catálogo de recursos
10 feb 2025 . Actualizado a las 19:10 h.Otro gigante que cae en el Pazo. Como el Barcelona, aún con Mrsic en el banquillo local, el Unicaja también acabó noqueado por un Breogán que soportó estoicamente el intercambio de golpes en las dos primeras mangas y se armó de valor y decisión después para provocar el éxtasis.
El conjunto celeste encaraba el reto con la convincente coartada de las bajas. Las ausencias de Nakic y Aranitovic, amén de la de Moore, lo dejaban en clara desventaja delante del mastodonte malagueño, que se permitió el lujo de prescindir de Dylan Osetkowski y Melwin Ejim pensando en la Copa que se dirimirá en menos de una semana en Las Palmas.
El partido comenzó con una canasta en semigancho de Sakho ante Kravish, dos triples fallados por el Unicaja y con Grant subiendo el 4-0. Kendrick Perry estrenó la cuadrícula visitante y Barreiro empató. En el bando breoganista, la esperanzadora puesta en marcha dio paso a una sucesión de errores castigada por el Unicaja con un parcial de 0-9. El Breo, impasible, enseguida volvería a desplegar sus alas para ponerse de nuevo a la altura del adversario, tanto en el juego como en el marcador. Los triples de Vila y Hilliard lo empujaron, pero el Unicaja dominaba al término de la primera manga: 17-20.
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Subieron los decibelios en la segunda manga. Triples en una y otra canasta, buenas acciones defensivas, brillantes acciones individuales e igualdad máxima en el marcador. Hilliard era quien más lo intentaba en un Breogán afanado en evitar a toda costa el despegue de los visitantes,con la responsabilidad más repartida y que, sin grandes alardes, dieron un buen bocado al marcador (24-34) con un parcial de 0-9. Luis Casimiro paró el partido para suturar la herida en su equipo. Hubo una reacción, pero a cada zarpazo breoganista respondía el Unicaja aferrado a las muñecas de su hombres del perímetro como Perry, Carter o Kalinoski, certeros desde el triple. Dos tiros libres convertidos por Dae Dae Grant permitieron al Breo alcanzar el ecuador con una desventaja por debajo de la decena: 34-42. Se requería más dureza defensiva y mayor puntería en el tiro frente al extenso catálogo de recursos del oponente. Esa era la sensación en un Pazo que no perdía la fe.
El Breo firmó un parcial de 5-0 a la vuelta del descanso que devolvía el partido a un escenario más propicio. Afloraron las dudas en el Unicaja ante el estirón local y los de Casimiro voltearon el marcador en dos minutos y medio (45-44), lo que provocó la pausa ordenada por Ibón Navarro. El equipo lucense había encontrado su mejor versión. Solvente en ataque, especialmente transitando, y con una defensa de ayudas que ralentizó la frecuencia anotadora del adversario. Desde el triple trataba de recuperar la iniciativa el Unicaja y lo consiguió con otro acierto de Perry (58-59) a solo dos minutos para el final del cuarto. La cuarta y definitiva manga dictaría sentencia: 62-61.
En el decisivo asalto, Mavra clavó un triple desde unos ocho metros y Kurucs lo hizo más cerca de la línea del 6,75, pero ni con esas era capaz el Breo de poner tierra de por medio. El Unicaja encontraba puntos en prácticamente todas sus situaciones de ataque, para desesperación del Pazo, y mandaba en el marcador (70-72) a cinco minutos de la conclusión. Seguía la cuenta atrás en el cronómetro, persistía la igualdad y el suspense alcanzaba niveles máximos.Vila, excelso los 40 minutos, convirtió el triple a la postre decisivo. Establecía el 81-78 y en los 46 segundos restantes la producción ofensiva de ambos se resume en el tiro libre anotado por Carter.