
Retorna la Liga Endesa y lo hace con la visita del Breo al Palau para enfrentarse a un Barcelona con más problemas de los últimos años. Aunque el statu quo del baloncesto nacional haya cambiado y no sea el mismo que el del duopolio Real Madrid-Barcelona, cuesta ver a los culés en un escenario como el actual. Cierto es que las lesiones y los problemas físicos les han hecho mucho daño. No es fácil, ni siquiera para una plantilla tan larga, perder tanto, pero hay más, mucho más: la sensación de falta de estabilidad, de cambiar mucho cada temporada, de problemas con el banquillo y, aparentemente, de una errática dirección deportiva.
Fuera de la Copa a las primeras de cambio y luchando en posiciones complicadas tanto en la Euroliga como en la competición doméstica, vienen de jugar al límite en su partido ante el Real Madrid y parecen dañados, pero eso los hace más peligrosos. No estarán Laprovittola, Vesely, Punter ni Juan Núñez, pero sí Satoransky, Abrines, Brizuela, Parra, Anderson, Metu, Parker o Willy Hernangómez, además de sus jóvenes.
Y para allá va el Breo con la idea de continuar con la dinámica de juego y resultados. Retomar ya el espíritu y el nivel competitivo de hace bien poco resultará clave. Contar con toda la plantilla ayudará en la progresión. Muy importante será estar a lo que hay que estar, ya que tras estos parones hay situaciones cambiantes, escenarios diferentes y el no estar al nivel que exige la competición desde un principio se paga. Hacer tu baloncesto en la medida que sea posible, ir al límite en los básicos, especialmente en el uno contra uno defensivo, el rebote y las pérdidas. Y conseguir una buena selección de tiro a partir de los espacios y de la calidad de pase. No permitir que el Barça juegue mucho en movimiento y que anote con regularidad en los primeros segundos de las posesiones. Buscar sus deficiencias en algunas situaciones defensivas de bloqueo directo, en ese dos contra dos en el que sufren mucho dependiendo de quién lo defienda. Todo fácil de decir, luego, por suerte, está el juego y los que allí están, y entonces pasarán cosas. Hay mucho que ganar en el Palau.