
El equipo lucense, sin brillo ofensivo, cedió frente a un rocoso y acertado adversario en un partido en el Pazo con un arbitraje nefasto
24 mar 2025 . Actualizado a las 17:32 h.El poco brillo en ataque, la desquiciante defensa y el acierto ofensivo del rival y un arbitraje pésimo. El Río Breogán encontró demasiadas trampas en el camino y se quedó con las ganas de festejar su tercera victoria consecutiva y dirigir su periscopio hacia la zona noble de la Liga Endesa. El UCAM Murcia asaltó el Pazo con las armas que mejor maneja.
La primera ración de protagonismo fue para Dae Dae Grant, quien regaló los primeros puntos al Murcia y abrió la cuenta anotadora de su equipo con un triple. Comenzó mejor el Breo, llevando al límite su defensa y recurriendo al talento de sus hombres del perímetro y el poderío en el poste bajo de Jordan Sakho. Los murcianos, ante las dificultades para descoser el entramado breoganista en la pintura, confiaban su suerte a los lanzamientos desde fuera del arco de 6,75. Anotaron tres antes de llegarse al ecuador del primer acto y eso les permitió no quedarse rezagados en el marcador. A algo más de tres minutos y medio para la primera pausa, Gates convirtió un nuevo triple que puso de nuevo por delante a los de Sito Alonso. El duelo era una guerra sin cuartel, con defensas asfixiantes por parte de uno y otro que obligaban a hacer malabares en ataque para engordar la cuadrícula. Había que sudar cada canasta y el dominio del rebote comenzaba a cobrar relevancia. Entre constantes protestas del Pazo por el arbitraje y un triple sobre la bocina de Ennis, concluyó la primera manga (26-29).
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La pausa propició un bajó en la eficacia. Decayó la precisión en los ataques y Luis Casimiro solicitó el primer tiempo muerto del partido con 31-33 y a falta de poco más de seis minutos para el descanso. A sus pupilos les costaba cada vez más maniobrar ante la pegajosa defensa murciana y la disparidad de criterios por parte de los colegiados a la hora de sancionar los contactos. Grant era el breoganista más clarividente ante los obstáculos y al Murcia le faltó lucidez para sacar mayor partido de la pájara ofensiva del Breo en este período. La ventaja visitante era pírrica (37-40) en el intermedio.
No bajaron las revoluciones tras el reposo. Y mucho menos la furia de unos y otros para proteger su canasta, con mayor acierto por parte de un UCAM Murcia que de la mano de Rodions Kurucs abrió una brecha de ocho puntos (49-57) que encendió las alarmas en el banquillo celeste. Luis Casimiro detuvo el partido, y el Breo conseguiría alcanzar el asalto definitivo más cerca en el marcador (58-63).
Necesitaba una mayor frecuencia anotadora el equipo visitante y la encontró en el arranque del último período para estrechar todavía más el marcador (63-33) y provocar el tiempo muerto de Sito Alonso. El Pazo también ponía de su parte para un remontada que se fue complicando por la inferioridad local en el rebote, los fallos breoganistas en los tiros libres y la acierto de los exteriores visitantes en los triples, sobre todo de Dylan Ennis. A 5.45 minutos para el final el UCAM alcanzó su máxima ventaja (65-75). Solo cabía encomendarse a la épica. Pero no era el día. Todo se volvía en contra de un Breo al que el Pazo agradeció el esfuerzo cuando todo estaba decidido