No hay victoria sin sufrimiento. Tercera ocasión en la temporada que el Río Breogán ha tenido que ganar en dos ocasiones el encuentro, tras Andorra y Leyma. Fue ante un Baskonia irregular y que en Lugo mostró sus dos caras de la actual temporada. Bien está lo que bien acaba.
El partido se desarrolló en su primer tramo con un excelso dominio celeste basado en una defensa coral y un tiro de 6,75 cercano a la perfección con un 8/10 (8 0%) que llevó a la firma de 17 al final del encuentro y ser nuevo récord para el equipo lucense. Los guarismos en el segundo cuarto llevaron a la igualdad y un +24 al vestuario para los lucenses.
Tras el descanso comenzó el acierto en el tiro exterior de los de Pablo Laso, jugando con un quinteto bajo, más agresivo y el bloqueo de los lucenses con pérdidas, lenta circulación de balón y tiros erráticos, pero sin perder la cara al encuentro ni el objetivo final de la victoria.
El acierto anotador de Grant, Nakic y Mavra vinieron secundados por un trabajo sordo defensivo dentro de la pintura negando el 1x1 en la zona y siendo superiores en las capturas (35-32) ante un equipo de Euroliga. Este Río Breogán sabe gestionar el esfuerzo individual y el sacrificio colectivo por un bien mayor, la victoria. Las miras y la gestión de lo que queda en el tablero es competir y no desdeñar objetivos de zona noble que otrora serían una quimera.
Estoy convencido de que la buena química existente en el vestuario dará más de una alegría a la afición lucense. Me quedo con la gestión del balón en los primeros diez minutos . Anímense y pónganlos en los campus de verano, así juega el Breo de una orgullosa ciudad baloncestística llamada Lugo. Y no se olviden de que hasta el rabo todo es… león breoganista.