
e preveía un partido difícil para los lucenses en su desplazamiento a tierras catalanas. Los jugadores franquicia del Lleida, Batemon, Oriola, Bazic y un viejo conocido de la afición lucense, Bropleh, cocieron el partido a fuego lento ante un Río Breogán por momentos desconocido .
Un primer cuarto con buena circulación de balón y acierto en el tiro exterior por parte lucense, con Grant y Kurucs como estiletes principales, generaron una treintena de puntos y una ventaja de siete tantos que se abriría hasta los doce (41-29) a mitad del segundo cuarto . La técnica provocada por Gerard Encuentra surgió efecto en el equipo ilerdense. Subida de intensidad defensiva, provocación de errores y pérdidas de balón del Breo y el acierto en los tiros libres con un inmaculado 16/16 por 3/4 dejaban el partido abierto para la segunda parte.
El Río Breogán cometió errores muy graves en la gestión de la circulación de balón —en parte por la intensidad cada vez mayor de los de Encuentra— que provocó un total de 14 pérdidas y sensaciones de desconexión en distintas fases Partido para olvidar de los dos ‘cuatro’ celestes, Nakic y Vila, muy desacertados.
La estadística del tiro
El Lleida apostó por el tiro de dos, con un 20 de 39 por 14/21 de los lucenses y una supremacía aplastante con acierto en el castigo del tiro libre, con un 30/34 por un 11/13 del equipo de Casimiro, que realizó un 14/44 en triples por 8/27 de los locales.
Ha sido un mal partido del equipo lucense sin paliativos en las pérdidas de balón y con un excesivo castigo en los lanzamientos de tiros libres que, sin ser excusa , desestabilizan la dinámica de partido cuando uno de los contendientes lanza 21 tiros más que el rival y cuya diferencia en anotación en este apartado es de 19 puntos.
La competición entra en su tramo final y decisivo para todos los clubes , sin excepción, por ello urge un reseteo tras la derrota de y poner en valor los básicos del equipo de Luis Casimiro que lo han llevado a 11 victorias para afrontar el siguiente desplazamiento contra el mejorado Girona de Moncho Fernández.