Tras la marcha esta semana de Darrun Hilliard, jugador franquicia del Breogán con la llegada de Luis Casimiro, había expectación por ver si el equipo era capaz de seguir compitiendo al nivel que nos tenía acostumbrados. El alero norteamericano ha sido muy importante, no solamente por su capacidad anotadora, si no también como generador de ventajas para el equipo.
El inicio del partido en Girona fue realmente flojo por parte de los lucenses. Sin la intensidad defensiva que requiere un partido de estas características, llegando tarde tanto en situaciones de balance defensivo como en las recuperaciones tras las ayudas en los bloqueos directos. En ataque muchas dudas a la hora de dar un paso adelante y crear una buena situación de juego.
Se esperaba una reacción y llegó. Luis Casimiro pidió a los suyos empezar por elevar el nivel defensivo, usar el cuerpo en la zona y jugar al límite de la falta en cada acción, para así poder tener oportunidades para poder anotar en transición. Durante el segundo cuarto ya se vio una mejoría en los dos lados de la cancha, pero Girona mantenía las ventajas en torno a los diez puntos gracias a un gran acierto en los tiros de larga distancia.
El problema es que el equipo celeste, tras este mal comienzo, hizo un esfuerzo muy grande con una rotación mucho más corta que la de Girona. Además de esto, la suerte no acompañó, ya que cuando se acercaba a menos de cinco puntos, recibía un triple en contra o perdía un balón absurdo.
Fue en el último cuarto cuando se pudo dar la vuelta de manera real. Minutos de mucha intensidad defensiva liderados por un gran Erik Quintela y ataque con mucho criterio y un gran acierto de Dae Dae Grant, quien ha mostrado su candidatura para convertirse en el nuevo referente anotador de este equipo. También se ha podido ver una buena versión, a partir del primer cuarto de Toni Nakic y Erik Vila, que compartieron minutos en la pista, lo cual no se había producido mucho durante la temporada. Esta variante puede ser interesante para el tramo final de temporada.
Creo que la clave en los partidos que quedan es no bajar el nivel físico, de intensidad y ritmo competitivo. El equipo está muy cerca del objetivo matemático y ha hecho una gran temporada en las jornadas que se han disputado hasta el momento. Hay que aceptar que en un equipo como el Breo puede pasar perder un jugador importante. Lo que va pedir la afición es terminar compitiendo como lo ha hecho en los tres últimos cuartos.