
Con una titánica defensa hasta el descanso y un ataque demoledor, los celestes asombraron al Nou Congost y arrollaron al Baxi en uno de sus mejores partidos del curso
05 may 2025 . Actualizado a las 15:38 h.Victoria para enmarcar del Río Breogán en Manresa. Asaltar el Nou Congost era un reto superlativo —solo lo habían conseguido tres equipos esta temporada— y el ejército de Luis Casimiro lo consiguió haciendo gala de un extenso armamento y con una imponente autoridad. Un dominio insultante y un triunfo arrollador que fue el resultado de la impenetrable defensa y los demoledores ataques puestos en práctica por los lucenses: 93-104.
Jordan Sakho cometió su primera falta personal a los 20 segundos y tras dos minutos se fue al banquillo con dos. Empezaban pronto los problemas para un Río Breogán que arrancó con serias dificultades en el rebote y enormemente certero en los triples. Arturs Kurucs, Dae Dae Grant y Toni Nakic acertaron en sus primeros lanzamientos y los lucenses se hicieron con el control de la situación pese a que los locales disponían de dos y hasta tres oportunidades para anotar en muchos de sus ataques por su solvencia en el rebote ofensivo. Tras el segundo acierto de Kurucs desde más allá del arco de 6,75, que establecía el 7-16, Diego Ocampo decidió que había llegado el momento de parar el partido y reunir a los suyos en torno a su pizarra. El Breo no daba el brazo a torcer. Respondía con carácter a las eléctricas embestidas del Manresa y mostraba fortaleza en ataque, incluso cuando cargaba el juego a posiciones interiores. Con el estreno anotador de Mavra, la ventaja visitante crecía hasta los 15 puntos (10-25) y se mantenía (15-30) al término del primer parcial. Fueron 10 minutos de un baloncesto tremendamente rico en recursos del equipo de Luis Casimiro.
Con un alley-oop fabricado por Mavra y Touré abrió el Breo su cuenta anotadora en la segunda manga. Los celestes asfixiaban al Manresa con su defensa, compartían el balón con dinamismo y precisión y estiraban cada vez más su renta, que era de 20 puntos (19-39) después de una acción de tiralíneas ejecutada por Nakic. El rebote defensivo ya no era un problema de consideración y en el bando manresano empezaba a cundir la desesperación por las dificultades para meter puntos en su zurrón. A 4 minutos y 42 segundos para el descanso, y con 24-44 en el electrónico del Nou Congost, Diego Ocampo volvió a parar el partido para reactivar a sus pupilos. Y de nuevo en balde porque el Breogán no les daba tregua y volaba hacia la victoria. Su recital le permitió alcanzar el ecuador del duelo con una ventaja de 24 puntos (35-59). A Sakho se le resistía su punto número 1.000 en la Liga Endesa y Boubacar Touré brillaba en el poste bajo.
El choque se reanudó con triples de Kurucs y Nakic para alcanzar los 30 puntos de renta (35-65), y con Sakho mucho más inspirado en la pintura. El juego excelso del Breo lo empujaba de manera incesante hacia una victoria cada vez más cerca y que ya se daba por hecha cuando al tercer cuarto solo le restaban cinco minutos Y el marcador reflejaba un 43-76. Ocampo se resistía a aceptarlo y volvió a pedir tiempo muerto para corregir y arengar a sus jugadores. Pero no había manera. Frenar al Breo era literalmente imposible porque hacía uso de un extenso catálogo de recursos y no levantaba el pie del acelerador.
Con 61-85 y todo visto para sentencia, la última manga fue un mero trámite para los celestes y un ejercicio de dignidad para los anfitriones, que nunca cedieron en su intento por obrar el milagro. Con 72-90 y 6,20 minutos aún por delante, Casimiro pidió su primer tiempo muerto con el fin de evitar un susto que finalmente no se produjo. El Madrid tomaría nota porque el próximo domingo visitará el Pazo.