El Breogán asusta a un Real Madrid que sentenció con un parcial de 0-10 en el cara o cruz final (69-79)

FORZA BREO

LAURA LEIRAS

La diferencia en el rebote fue un aspecto clave en el desenlace del vibrante partido en el Pazo dos Deportes de Lugo

12 may 2025 . Actualizado a las 18:56 h.

A punto estuvo de saltar la sorpresa en el Pazo. El imparable Real Madrid fue de Lugo con su racha intacta, pero con un buen susto en el cuerpo porque el Río Breogán le exigió hasta los últimos compases. Cuando el equipo celeste ajustó el punto de mira en los triples y exprimió el carácter que le proporciona su escudo, los madridistas lo pasaron mal e incluso necesitaron de algún favor arbitral para convertirse matemáticamente en el mejor equipo de la fase regular de la Liga Endesa: 69-79.

El conjunto madridista acudía al choque impulsado por una racha de 18 victorias consecutivas que aspiraban a quebrar los celestes empujados por un Pazo a reventar y la liberación de haber sacado ya billete para la próxima entrega de la Liga Endesa. A los 16 segundos ya convertiría su primer triple Sergio Llull. En ausencia de Campazzo, el veterano jugador canario empezó guiando los ataques de su equipo frente a un Breo que se desplegó con su quinteto habitual y osado frente al talento blanco. Antes del ecuador de la primera manga ya empezaron las rotaciones. En los locales entraría en escena Boubacar Touré para un dar un respiro a Sakho en la compleja vigilancia a Tavares, que también requería la ayuda de los exteriores, El caboverdiano se fue al banquillo sin haber anotado, en buena medida por el correcto trabajo de contención de un equipo lucense que no acertó en los tres primeros triples que intentó y con problemas para cerrar el rebote. Los puntos se cotizaban caros y eran los visitantes los que daban más muestras de poderío. Con 8-17 y poco más de tres minutos para el término del parcial, Luis Casimiro echó mano de su primer tiempo muerto. Cuando el Madrid mejor funcionaba, Vila convirtió el primer triple breoganista en ocho intentos y el cuarto se cerró con 13-24 en el luminoso.

La defensa de los madridistas y los repetidos fallos desde el triple eran las mayores barreras que se encontraba en su camino el Breogán, que seguía por debajo del nivel reboteador del Real Madrid y exhibía más solvencia al galope que en los ataques posicionales. A tres minutos para el descanso, Musa se fue al vestuario lesionado y ovacionado por el Pazo y Nakic firmaba el segundo triple local en el partido (2/13). Con un paso al frente en defensa, el Breo consiguió espolear al Pazo y reducir ligeramente la brecha en el marcador, que era de siete puntos en el descanso (27-34).

El partido se reanudó con una canasta en la pintura de Tavares y otra revisión de los colegiados en el monitor. Al triple de Ndiaye respondió Grant con otro. Sin necesidad de forzar demasiado la máquina, los de Chus Mateo conservaban su esperanzadora ventaja. El Breogán seguía encogido, con poco desparpajo y sin dar en el blanco en el recurso del triple. Pero en un parpadeo el panorama cambió. Lo transformaron dos triples de Kurucs y otro de Grant. Quedaban 2,50 minutos para el final del tercer cuarto y el partido volvía a su punto de partida, las tablas (50-50). Se disparaban de nuevo los decibelios en el Pazo con 10 minutos por delante y más suspense del que cabía imaginar (54-59).

A poco de arrancar la manga definitiva, Casimiro apostó por dos bases, Mavra y Grant, para acentuar el ritmo anotador porque el Madrid amagaba con el demarraje. El estadounidense era la gran esperanza celeste. Y fue Vila, desde el arco de 6,75, el que empató el partido y recompensó el empeño breoganista: 69-69. La victoria se iba a decidir en el cara o cruz. Y en ese cardíaco epílogo, al Breogán volvió a encasquillársele el fusil y el Real Madrid emergió para cerrar el partido con un parcial de 0-10.