El Covirán Granada: desequilibrio entre la capacidad del perímetro y la del juego interior
FORZA BREO

or mucho que, por las causas que sean, estés acostumbrado a desenvolverte en las situaciones límite, saliendo de ellas con éxito, hay un momento, aunque solo sea por las probabilidades, en el que te ves incapaz de conseguirlo. Algo de esto es lo que le ocurre al próximo adversario del Río Breogán en la Liga Endesa.
Habituados los nazaríes a moverse como pez en el agua en la lucha por la permanencia, parece que esta temporada no lo van lograr, salvo milagro en forma de resultados en estas tres últimas jornadas. Un milagro que pasaría por una concatenación de pérdidas de Girona, Andorra y Bilbao, acompañada de un pleno de triunfos ante el Breo, el Real Madrid y el conjunto andorrano. Por eso, el partido de este sábado es decisivo para el conjunto de Pablo Pin, un grupo muy cambiado durante la competición, lo que indica claramente la búsqueda de soluciones a un rendimiento competitivo muy por debajo de lo esperado. Con la intención de jugar un ataque lo más dinámica posible, llegando pronto para aprovechar los primeros segundos y tratando de hacer el campo muy grande, algo siempre necesario e imprescindible para ellos por su plantilla. Con muchas variantes defensivas que generan problemas, más por la confusión que provocan que por su solidez o su buena estructura táctica.
El Granada cuenta con un róster en el que, con la excepción de su jugador más trascendente, Amine Noua, el desequilibrio entre el perímetro y el juego interior es grande a favor de la línea exterior, en la que están los puntos, el control y la capacidad de generar juntando bases y escoltas en el campo para lograr su mejor rendimiento grupal: Sergi García, Jonathan Rousselle, Agustín Ubal, Sam Griffin, Elias Valtonen...
Lo dicho, una final para ellos en un ambiente, seguro, de enorme apoyo porque ese pabellón es de los que empujan de verdad. Otro día más para que el Breo acabe de firmar una temporada más que buena.