El Breogán llega tocado a este final de temporada. Y es que, a la baja de Hilliard, se unen los contratiempos físicos de dos figuras importantes en la rotación como son Jordan Sakho, para mí vital en este Breo, y Edin Atic.
Las bajas no justifican el flojo inicio de partido de los lucenses, despistados en defensa, sobre todo demasiado desajustados con un gran anotador como es Homesley. En ataque, muchos problemas para encontrar al referente ofensivo durante las últimas jornadas, Dae Dae Grant, que a mayores se fue al banquillo por problemas de faltas.
Pero el Breo tenía que volver al partido, y con la entrada de la segunda unidad, liderada por la dirección de juego de Mavra y la energía de Eric Vila, los celestes se fueron acercando en el marcador antes del descanso. Al Gran Canaria ya les costaba más mover el balón como le gusta a Lakovic y botaron en exceso cuando los de Casimiro proponían defensa de cambios en el bloqueo directo.
En la segunda parte el Breo salió enchufado y todo hacía presagiar un final emocionante, pero en ese momento emergió el talento de la plantilla visitante, muy compensada. Facilidad para anotar de Tobey ante un Apic con muchos menos centímetros y grandísimo acierto desde el triple de Brussino y Homesley. Un parcial espectacular en un abrir y cerrar de ojos que sentenciaba el encuentro.
Era el último partido y el Breo tenía que intentarlo hasta el final. Aparecieron algunos destellos de Grant y de nuevo Eric Vila, muy acertado, para bajar la ventaja. Pero la energía local iba muy justa, mientras que los visitantes, con una rotación de dos jugadores por puesto de mucho nivel, no bajaron la guardia.
Finaliza la temporada en el Pazo. Otra más en la que hemos disfrutado del espectáculo de una de las mejores ligas domésticas de Europa. Nuestro equipo, especialmente desde la llegada de Luis Casimiro, ha competido de manera brillante. El año que viene más y ojalá con una nueva participación en Europa. ¡Forza Breo!