El valor de los triples: una línea que cambió el juego

Alberto Blanco

FORZA BREO

AGENCIA LOF

04 nov 2025 . Actualizado a las 10:20 h.

Cuando en 1984 la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) aprobó el uso de la línea de tres puntos para dar un plus a aquellos lanzamientos de larga distancia para que sumaran un extra frente a los tiros clásicos de nuestro deporte, decidió cambiar el juego en muchas dimensiones.

El basket moderno aboga por dos cualidades. La primera y prioritaria, el apartado físico. Cada vez se incide más y más en plantillas donde prime el aspecto atlético, unido a la calidad técnica para confeccionar el grupo de jugadores de un club.

Justo a su lado, se incide mucho en la prioridad de la línea de tres puntos y su importancia en el desenlace de los encuentros. Por eso cada año, cada temporada, en el análisis previo de las plantillas, este es un aspecto muy a tratar.

El campo se hace pequeño, debido a ese físico de los jugadores que llegan donde antes era cuasi imposible, y por eso se está meditando tanto ampliar de forma lateral las líneas del campo de basket. Esa es la siguiente revolución.

¿Una línea de 4 puntos?

La línea de tres puntos ya ha sufrido una variación con ese paso de 6,25 a 6,75 metros en el 2010 para marcar el territorio comanche del neutral. Y se especula en una línea de 4 puntos. ¡Atención!

El baloncesto actual pasa por el juego del pick and roll y los espacios que se generan en ese truco del 2x2. Disponer de jugadores que abran el campo es una exigencia absoluta. Cada vez se tira más, cada vez se intenta anchear el espacio para dos compañeros. Es un epicentro y foco del juego actual.

Por eso llama la atención de forma tan positiva el buen uso del Río Breogan este año en la Liga Endesa. Segundo en número de triples anotados, tras el huracán Valencia Basket, con un porcentaje de acierto bastante alto (35 %), y su abanico de jugadores que tiran desde esa posición, es un cocktail excelente en este inicio de temporada. Cuando hablamos de triples, a todos nos viene a la cabeza un nombre: Manel Sánchez, que hizo de este tiro un prolífico acto en su maravillosa carrera deportiva. Que siga el buen acierto.