Partido sin historia el disputado en Fontajau, debido a la gran diferencia de intensidad y concentración entre los dos equipos desde el primer minuto de juego.
El Breogán salió sin la energía que requería un partido ante un rival que teóricamente debería estar luchando por los mismos objetivos a final de temporada.
El conjunto catalán impuso su dominio desde la defensa, colapsando las penetraciones celestes y jugando en transición como le suele gustar a los equipos de Moncho Fernández. Los tiros abiertos de Pepe Vildoza y de Pep Busquets provocaron que la ventaja local superase la decena de puntos demasiado pronto. Asimismo, en la pintura, Geben y Maric superaban a los pívots visitantes. Al Breogán no le entraban los tiros que otro día suele meter, muchos liberados, incluso las bandejas. En el otro lado de la balanza, Girona metía hasta triples a tablero.
Lejos de dar un paso adelante defensivo, el Breo se desmoralizó tanto que su rival jugó a placer, anotando demasiadas bandejas, demasiados contraataques fáciles. Incluso los de Luis Casimiro dejaron de atacar el rebote ofensivo como suelen. Así la ventaja llegó hasta los treinta puntos y se acercó en algunos momentos del tercer cuarto hasta cerca de los cuarenta, lo que dejaba muy complicado pensar en tener opciones de recuperar el average en la vuelta.
Fue clave, bajo mi punto de vista, la entrada del capitán Erik Quintela, que con muchas acciones individuales consecutivas, sumó para el equipo no solo a nivel estadístico, si no que hizo creer a sus compañeros que bajar la diferencia era posible y dejar abierta la posibilidad de disputar el average en el partido de vuelta. En 5:50 sumó 8 puntos, 2 asistencias, 3 faltas recibidas y 1 rebote para 12 de valoración, con una ventaja de +16 para el cuadro lucense durante su presencia en la pista. Datos demoledores que deben enseñar el camino a sus compañeros.
El final de partido, con las técnicas y la expulsión de Luis Casimiro, así como un par de triples de mucho mérito de Pepe Vildoza, dejó la diferencia por encima de los veinte puntos, cerrando así un encuentro donde el equipo breoganista sacará mucho que aprender para próximos duelos. Es una liga en la que nunca te puedes relajar y si no sales con la intensidad y concentración necesarias, un rival bien trabajado te pasa por encima.