«No es fácil hacer algo tan "especialito" aquí»

FUGAS

DAVID NAVAL

Cambiaron de bajista, aligeraron su nombre y reconstruyeron su sonido, abriéndolo a progresiones mucho más complejas. El resultado de todo ello es «Pleiades», un trabajo maduro, de primera línea, que exige más de una escucha

04 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La crítica especializada ha recibido con los brazos abiertos el nuevo trabajo de los nuevos Mutant (antes Mutant Squad). Cambios en la banda, cambios en su nombre y cambios también en su música. Para muy bien. A cambio de darle algo de cocina a su crudeza, el trío asentado en Compostela gana en riqueza, madurez y expectativas. Pla, guitarra y voz, ahora secundaria, levanta el teléfono.

-¿Tiene algo que ver en todo esto el cambio de bajista?

-Sí y no. Llevábamos con la misma formación desde el 2010, cuando pasamos de ser cuatro a solo tres. Fue entonces cuando al banda comenzó a despuntar, a tocar fuera de Galicia y tal. Pero hace un año, más o menos, cuando ya estábamos a mitad de grabación, Campi decidió marcharse. Fue algo muy doloroso, pero comprensible. No queríamos a nadie desconocido y tuvimos la suerte de que Xalo, que alguna vez le había sustituido, aceptase unirse a nosotros.

-Así que en realidad este es un disco a cuatro.

-Totalmente. El bajo estaba prácticamente grabado. Así que convencí a Xalo de que cantase. Tiene un rasgado que me gusta mucho más que el mío. Casi ni había escuchado los temas, lo metimos en el estudio directamente, le dirigí un poco e hizo un trabajo impresionante. Fue la puntilla que le faltaba al cedé.

-El cambio es potente.

-Bueno, la verdad es que a la hora de componer pensamos mucho en nosotros y muy poco en el receptor, que igual es algo raro y no siempre bueno para el proyecto. Hay libertad creativa total. Somos gente que tenemos nuestros trabajos, no tenemos que poner un plato en la mesa con la música. No existe esa presión. Seguro que a parte del público que se sentía atraído por Titanomakhia no le gustará Pleiades, pero también llegará a gente nueva.

-Hay, además, una intención conceptual, ¿no?

-Tenemos una vertiente un tanto progresiva, cada uno en nuestro ámbito. Yo me encargo de las letras y aunque me atrae mucho lo conceptual tampoco quise hacer un disco que explícitamente lo fuese. Busqué algo a medio camino. Primero construí una narrativa para mí y luego la fui desdibujando a través de las letras. No hay que pasarse de listo. A no ser que seas una máquina en eso, las narrativas directas pueden quedar muy poco elegantes.

-Y un arte muy currado.

-Tenía una idea sobre algo así como un pantocrátor con cabeza de Kukulcán. Víctor, de Darkhorse Estudio, lo hizo fantástico. Ese punto exótico, algo blasfemo, te atrapa.

-Hablábamos de comer de la música. ¿Es posible?

-No es fácil hacer algo tan especialito desde aquí. Pero el problema es que antes había una industria dispuesta a invertir y ahora no es extraño que te pidan pasta por ir de gira. Nos llegan ofertas para salir a Europa, pero queda mucho por hacer aquí antes de preocuparnos de andar presumiendo por tocar en Finlandia. Nunca tuvimos prisa. Cuando estás preparado la apuesta sale.