«La última modelo» no es una biografía de Giacometti escrita por su amante, Caroline, sino la vivencia de una anciana evocadora y frágil que cuenta y calla con igual elocuencia su vida con el pintor y escultor suizo
13 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Leer los recuerdos de Caroline, amante y modelo del escultor suizo Alberto Giacometti (1901-1966), es como descubrir a un ser mitológico en zapatillas de casa. El autor de L'Homme qui marche I, obra que lo convirtió en el más cotizado al subastarse por 74 millones de euros, aparece a los ojos de la que fue su «desmesura» como el creador siempre insatisfecho en busca de lo «imposible», pero también como el sexagenario que recorría París en un descapotable rojo con su amante veinteañera o el que se dejaba arrastrar de un médico a otro para tratar de tener un hijo.
La última modelo no es, sin embargo, una biografía de Giacometti escrita por Caroline, sino la vivencia de una anciana evocadora y frágil que cuenta y calla con igual elocuencia su vida con el también pintor. Franck Maubert, que con esta obrita se hizo merecedor del Prix Renaudot de ensayo, traza el perfil de esta prostituta que conoció a su gran amor en el París de los años 50 y lo hace con la naturalidad e insignificancia de la propia Caroline, que vuelve a Giacometti, ese artista con vocación de sagrado, en genuinamente humano. Él, que era ya inmortal gracias a sus obras, lloró también como tantos ante la inminencia del final. «La muerte me va a llevar de un momento para otro. ¡Tanto esfuerzo para nada...!». Así lo recogió Caroline de su boca.
La última modelo. Ensayo. Franck Maubert. Acantilado. 112 páginas. 12 euros