El arranque de Persiguiendo a Cacciato es uno de esos inicios de novela gloriosos, que te sacuden sin piedad:
“Era una mala racha. Billy Boy Watkins estaba muerto, y también Frenchie Tucker. Billy Boy se había muerto de miedo en pleno campo de batalla y a Frenchie Tucker le habían atravesado la nariz de un balazo. Bernie Lynn y el teniente Sidney Martin habían muerto en los túneles. Pederson estaba muerto y Rudy Chassler estaba muerto. Buff estaba muerto. Portland estaba muerto. Todos ellos estaban entre los muertos”.
Octubre de 1968. Estamos en Quang Ngai, Vietnam. Y el soldado Cacciato decide emprender la huida. Lo relata Tim O’Brien en Persiguiendo a Cacciato, una de las grandes novelas sobre esta guerra, publicada originalmente en 1978 y que ahora recupera el sello Contra con cuidada traducción al español de David Paradela.
Cacciato no huye a un lugar cualquiera. Le dice a su compañero Paul Berlin que se larga a París. A 13.800 kilómetros de distancia. Cuando los mandos interrogan a Berlin, este les detalla el plan de fuga:
-Ha dicho que subirá por Laos, cruzará Birmania y luego otro país que no recuerdo cómo se llama, y luego por India, Irán, Turquía y luego Grecia, y a partir de ahí el resto es fácil. Eso es lo que ha dicho. El resto es fácil, ha dicho. Lo tiene todo planeado.
Así que sus compañeros emprenden la persecución de Cacciato. Sin demasiada fe. Sin demasiadas ganas de encontrarlo, y mucho menos de entregarlo a sus superiores.
O’Brien no es un autor más pontificando sobre Vietnam. Allí combatió entre 1969 y 1970, en el tercer pelotón de la compañía A, quinto batallón del 46.º Regimiento de Infantería. Por eso su obra quedó marcada por aquel horror. Por eso O’Brien escribe párrafos así:
“Las montañas cortaban en seco los arrozales; al otro lado de esas y otras montañas, estaba París. Las cumbres no se veían debido a la niebla y las nubes. La guerra estaba mojada por todas partes”.
«PERSIGUIENDO A CACCIATO»
AUTOR TIM O’BRIEN EDITORIAL CONTRA
384 PÁGINAS; 22,90 EUROS