«Ser sexi no vende, yo quiero ser «cool»»

TEXTO: MARÍA ESTÉVEZ

FUGAS

cedida

Su presencia convierte a cualquier película en un éxito seguro: «Pulp fiction», «Django desencadenado», «El protegido»... Es uno de los actores afroamericanos con más prestigio, construido a través de una selecta elección de sus papeles

24 ago 2017 . Actualizado a las 16:16 h.

Samuel L. Jackson regresa a la pantalla para formar una extraña pareja -casi tanto como lo que hizo con John Travolta en Pulp Fiction, en su inolvidable papel de Jules Winnfield- con Ryan Reynolds en la película El otro Guardaespaldas. La combinación funciona porque el filme ha conquistado la taquilla norteamericana y promete arrasar en los cines españoles. Se juntan el peor agente de protección del mundo, Reynolds, y un asesino a sueldo, al que da vida Jackson. Juntos tendrán que aprender a sobrevivir si quieren testificar contra un peligroso dictador de Europa del Este. La cinta está dirigida por el realizador de Los Mercenarios 3, Patrick Hughes.

-Este es un filme que ha estado gestándose seis años. ¿Por qué decidió interpretarlo?

-La mayoría de las películas en Hollywood necesitan tiempo para producirse; cuesta encontrar la financiación, el elenco, reescribir el guion. No tenía ni idea que había estado paseando por los estudios durante tanto tiempo. Cuando mi agente me llamó, Ryan Reynolds estaba unido al proyecto y decidí sumarme. Luego supe que Salma Hayek iba a protagonizarla también. A mí me gustan las películas de acción, las comedias, y esta es un gran combo de esos dos géneros.

-Imagino que estar casado con Salma Hayek, aunque sea frente a la cámara, tiene su atractivo.

-¡Bromeas! No podía creerlo. De pronto estaba casado con Salma y yo me sentía feliz (se ríe). Lo que nadie me advirtió es de que no iba a verla durante gran parte del rodaje. Definitivamente, tenía muchas más ganas de trabajar con Salma que con Ryan, porque somos muy buenos amigos y nos conocemos hace mucho tiempo. Creo que es una de las actrices más bellas de Hollywood.

-Ryan Reynolds es reconocido por las escenas en las que improvisa, ¿se inspiró en él para ejercitar su vena cómica?

--No. Yo tengo mi propio estilo, que es más cool que el de Ryan. A mí no me contratan para improvisar, suelo ser el tipo serio. Estamos admirando demasiado la improvisación y no damos la importancia que requiere al ensayo, trabajar cada escena. Eso es lo que yo realmente admiro. La improvisación me importa un comino. Es una forma de actuar muy televisiva. Reemplazas dialogo con caídas y, a mí, no me va. No quiero acabar diciendo estupideces como si fuera un mono de feria.

-Sin duda usted y Ryan forman una extraña pareja.

-No hay mejor pareja que las formadas por dos extraños. Ryan es realmente divertido, capaz de inventarse una escena en un segundo. Le dejaba hacer, intentando reaccionar a sus payasadas.

-¿Qué les diría a los que ven sus sueños inalcanzables?

-Si yo he conseguido estar donde estoy, ellos también pueden. Mi vida es el cine. Desde niño me he dedicado a ver películas, he estudiado a los actores de personajes. Siempre he querido ser uno de esos intérpretes que cargan con la narración a sus espaldas gracias a su carisma, es algo muy específico. A mí no me importa liderar una película, sino convertirme en la pimienta de la historia. Quiero que el público al verme diga: qué tipo más especial, ¿quién es? Y recuerden mi nombre. Si voy a robar en un restaurante de comida rápida, mi salida tiene que ser memorable. Cuando empezaba necesitaba dinero, eso era lo que realmente quería. Luego, cuando llega el dinero, quieres otra cosa. Ahora solo busco personajes inolvidables.

-¿Se ha convertido en el actor sexi afroamericano?

-No, porque ser sexi no vende. Siempre he querido ser cool, especial. Las películas de acción, y matar con estilo, vende más entradas de cine que ser sexi. Y yo quiero que el público vaya a ver mis películas. Recuerdo que les dije a mis agentes que no me mandaran guiones que dijera específicamente actor afroamericano. Quería ser actor sin etiquetas y trabajar con directores que pudieran verme como actor. Punto. Una vez que yo entraba por la puerta, lo demás quedaba en mis manos. Unas veces convencía al realizador para contratarme, otras veces no.

-Ahora es Samuel L. Jackson, el inolvidable, con una colección de películas a sus espaldas que ya son historia del cine .

-Exactamente. Iba a audiciones simplemente para que la gente se acordara de mí. Para decir una frase y que luego me incluyeran en alguno de sus proyectos futuros. Así fue como construí mí carrera.

-Y ahora, ¿qué busca?

-Que el rodaje tenga un campo de golf cerca que sea lo suficientemente bueno para practicar mi swing.

-¿Cuál es su campo de golf favorito?

-Spyglass Hill, en Monterrey County. Es un campo al estilo de la vieja escuela, difícil, que combina muchos elementos distintos como son el golf tradicional de la costa este con hoyos más vanguardistas de la costa oeste.

-¿Disfruta viajando de rodaje en rodaje?

-Mucho. Me fascina conocer otras ciudades, disfrutar de otras culturas. A veces me toca trabajar en dos películas al mismo tiempo y lo único que hago es ir en avión.