
Una campaña de Estrella Galicia ha puesto todo su empeño en que el misterioso artista plasme su talento en un muro de Ferrol para homenajear a las Meninas de Canido. Banksy es un tipo tan listo como huidizo ¿Que hará?
01 sep 2017 . Actualizado a las 17:41 h.En el barrio de Canido, en Ferrol, en vez de ponerle una vela a la Virgen han lanzado una campaña a través de medios y redes para que Banksy pase por la ciudad, se ocupe de sus paredes y obre el milagro de convertir la zona en un nuevo punto de peregrinación artística. Un hecho llamativo que va más allá de la popularización del arte pregonada por Warhol hace más de medio siglo y que pondría al arte callejero, demonizado desde hace décadas por ayuntamientos y agentes de la ley a lo largo y ancho del planeta, al servicio del urbanismo. Que lo que antes era un acto vandálico que afeaba el entorno y bajaba la cotización de un inmueble ahora es un elemento fundamental en el proceso de gentrificación, ese por el que un barrio humilde pasa a ser la carísima zona de moda donde todos los modernos quieren vivir. Y funciona. En su libro Wall and Piece, Banksy publica la carta que le hizo llegar un joven rogándole que no hiciese más pintadas en su barrio, que por su culpa se estaba llenando de gente, los precios estaban subiendo y que en breve se vería obligado a abandonarlo.

Y todo gracias a Banksy, un artista callejero sin rostro que en los últimos tiempos ha pasado de ser buscado por la policía de Bristol a ser codiciado por galeristas y coleccionistas de arte de las más importantes ciudades. Un genio del espray que domina también otras muchas artes necesarias para provocar semejante revuelo, como el márketing. Ese es el principal mérito del grafitero. Su obra maestra no está plasmada en el muro de Cisjordania ni en ninguna pared de Londres. La obra por la que tiene la cotización que tiene y por la que todo el mundo del arte se vuelve loco es él mismo. Y eso le ha puesto en el punto de mira tanto de puristas del arte urbano como de los más ortodoxos galeristas y responsables de museos.
De hecho, Banksy es sin duda el mayor fenómeno salido del street art o arte urbano, entendido este como aquel que utiliza la ciudad y sus paredes como lienzo.
Reventar de éxito
Pero también es quien ha encendido la mecha para que este explote, reviente de éxito y pierda su sentido primigenio. Así se deriva de lo que se afirma en el documental Exit Through The Gift Shop, en el que se analiza otro fenómeno derivado del tsunami Banksy, el de Mr. Brainwash, quien se convierte en el artista de moda de la noche a la mañana gracias a una revolucionaria operación publicitaria. En la película se dice que el arte urbano es el mayor movimiento contracultural desde el punk, algo que habrá que creerse, dado que el director del documental es el propio Banksy. Ahí presume el artista de su invisibilidad (a la que califica se superpoder), algo necesario para quien lleva décadas huyendo de la policía. E incluso reconoce el propio autor que todo comenzó a perder sentido cuando el arte urbano entró en los museos y las casas de subastas. Se queja Banksy, pero la culpa no deja de ser suya. Defiende en su libro Wall and Piece la legitimidad para actuar en espacios públicos basándose en un diálogo con las grandes compañías: si las multinacionales pueden invadir nuestras vidas con su publicidad, el ciudadano podrá responderles utilizando el mismo medio, propone. Pero desde el momento en el que esta acción pasa a ser celebrada por todos, pierde su carácter subversivo. Ahí es cuando el gamberro se convirtió en artista respetado y cuando su arte comenzó a perder sentido. Ahora, al vándalo más buscado de Inglaterra se le invita oficialmente para que convierta un muro en arte.
Pero Banksy es muy listo, y consigue mantener ese halo de peligrosidad alrededor de su obra con una estrategia infalible: el misterio. La mayoría de lo que se ha escrito últimamente sobre él versa más sobre su posible identidad que sobre su arte. Las teorías acerca de quién es realmente este tipo han ido sucediéndose en los últimos años, y han pasado de identificarlo con el grafitero Robin Gunningham a hablarse de un colectivo, más que una sola persona, que firmase bajo el mismo nombre. Incluso hay quien ha realizado un mapa en el que se sigue la pista de las acciones artísticas de Banksy alrededor del mundo y se establece su coincidencia con la presencia en esas ciudades del grupo Massive Attack. Cada vez que la banda de trip hop actuaba en una ciudad, allí aparecía una plantilla de Banksy. Si a eso se le suma la coincidencia en su procedencia (grupo y grafitero son de Bristol), parece que la ecuación se va resolviendo.
La pista definitiva llegó este verano gracias a un descuido del músico Goldie, quien en una entrevista, y hablando de Banksy, soltó «Respeto a Robert, creo que es un artista brillante que ha revolucionado el mundo del arte». Una metedura de pata, la de mencionar el nombre de pila del misterioso artista, tras la que guardó un incómodo silencio y cambió de tema.
El nombre en cuestión coincide, además, con el de Robert Del Naja, fundador de Massive Attack, quien tiene un pasado dedicado al arte urbano bajo el seudónimo de 3D. El músico no ha tardado en desmentir esta teoría, lo que no aporta demasiado a la investigación. ¿Qué tendría que hacer si, en efecto, fuera Banksy más que negarlo rotundamente?
Canido aguarda
Quizás estemos ante una posibilidad de desvelar definitivamente el misterio. En Canido quieren que Banksy les pinte un grafiti. Pues que llamen a Massive Attack para que actúen en las fiestas del barrio. Y que, con todos los vecinos pendientes del muro, malo será que nadie le quite la capucha al artista invisible.
Uno de los más celebrados trabajos de Banksy, en Chalk Farm (Londres), del 2006