Harrison Ford: «Mi secreto es que nunca he sido la moda de un mes»

MARÍA ESTÉVEZ

FUGAS

GABRIEL BOUYS

A sus 75, y con una espectacular carrera a las espaldas, sigue emocionándose con su trabajo. Confiesa que le apetecía interpretar de nuevo el papel de cazador de replicantes, que no llora por envejecer y que está «en este negocio para hacer dinero»

06 oct 2017 . Actualizado a las 10:12 h.

Cine de acción. El legado de Harrison Ford está unido a este género, al que llegó de la mano de George Lucas. Ahora añade una película más -y no precisamente una cualquiera, dada la expectación que lleva levantando desde que se anunció su rodaje- con Blade Runner 2049, en la que vuelve a meterse en la piel de cazador de replicantes Rick Deckard, que ya encarnó en la primera entrega de esta saga en 1982. «Espero haber hecho un buen trabajo», bromea Ford, todo un veterano de la escena a sus 75 años. «De hecho, es otra oportunidad para expresar las ideas que se mostraron en la primera entrega, por si no las llegué a contar del todo bien», añade. La película, que se estrena hoy en España, está dirigida por Denis Villeneuve.

-¿Qué fue lo más interesante de volver a encarnar a Rick Deckard?

-Me intrigaba la oportunidad de interpretarlo otra vez. Creo que es interesante volver a meterse en un papel después de un período de tiempo. Además, fue una experiencia muy interesante trabajar con Ryan Gosling y las otras personas involucradas en la película.

-¿Tiene algún recuerdo especial de este filme?

-Recuerdo una escena que hice con Ryan, que interpreta a K, hacia el comienzo de nuestro encuentro. En ella se evoca el tiempo entre la última vez que vimos a mi personaje y la primera vez que lo vemos ahora. Ese instante fue inesperadamente profundo. Me emocionó tanto como una buena receta de cocina.

-¿Colaboraron usted y Ryan Gosling para desarrollar sus personajes?

-Parte de la temática vela por el legado de la primera película y es una responsabilidad regresar al personaje. Por su parte, Ryan aporta una autenticidad real, una inteligencia emocional que destruye barreras.

-La trama habla de la falta de libertad en la sociedad. ¿Le interesa ese aspecto de la cultura moderna?

-Mi personaje se ha creado para hablar de todo eso. Las sombras de su naturaleza son las que informan del drama sobre el que gira la película. Para mí ha sido una gran oportunidad estudiar lo que está ocurriendo con la sociedad. He disfrutado mucho aprendiendo sobre tecnología, pero no puedo aventurarme a dar una respuesta sobre un tema que solo conozco de manera superficial.

-Como actor, ¿le preocupa la falta de privacidad que también que se ve en la película?

-Sí. Ese es uno de los temas que más me interesaban de la historia. Siempre he creído que no existía la privacidad. Cuando ofreces algo a alguien, cuando creas una necesidad, un servicio, la gente olvida los valores. Es decir, con tal de conseguir la última tecnología la gente está dispuesta a entregar su libertad y su información personal. Esa es la verdadera naturaleza del márketing, siempre al servicio de las máquinas.

-La competición alimenta la innovación. ¿Alguna vez ha aplicado esa idea en su carrera?

-La interpretación no es una competición, es una cooperación, una colaboración. Se trata de ser útil, de unir fuerzas. La capacidad de cada uno para añadir el trabajo que el equipo de una película crea a tu alrededor es lo que realmente define a un actor. Somos parte de un equipo y jamás sentiré que estoy en una competición cuando se trata de actuar. Por mi propia experiencia, que me ayuda a entender lo que ocurre a mi alrededor, la ambición y la moral no se excluyen, creo que es perfectamente aceptable ser una persona ambiciosa.

-¿Alguna vez ha mirado atrás y se ha preguntado por qué hizo «La Guerra de las Galaxias» o «Indiana Jones», unas películas que le catalogaron como héroe de acción?

-Estoy en este negocio para hacer dinero. Mi trabajo es hacer dinero para los estudios, tener éxito en el cine. Jamás me han preocupado los estereotipos. Todos los personajes que ha mencionado me han permitido desarrollar otros proyectos en mi vida, unos proyectos que disfruto lejos de mi trabajo. No me identifico con la edad que tengo. No lloro por envejecer. En casa tengo un hijo de doce años que es mi vida. No me levanto pensando en los años que tengo. El secreto de mi longevidad en el cine es que nunca he sido un actor de moda. Nunca he hablado de mí, sino de mis películas. Nunca me he convertido en la moda del mes.