Delicioso tratado pop de una orquesta en batín y pantuflas

TEXTO: CARLOS CRESPO

FUGAS

Tras la gratificante excepción que fue «Cantares» los vigueses han editado nuevo disco, en el que regresan a su territorio natural

03 nov 2017 . Actualizado a las 05:05 h.

Con frecuencia tengo la sensación de que para Eladio Santos los seres queridos no son solo la banda de músicos que lo acompaña, que somos todos nosotros, aquellos para quienes compone, toca y canta desde un compromiso casi existencial que bien merecería usurpar aquel Honestidad brutal con el que Calamaro tituló uno de sus incontenibles discos.

Solo desde esa concepción soy capaz de entender el derroche de generosidad que el músico vigués exhibe en cada uno de sus trabajos, incluso en aquellos en los que, en principio, podría parecer situarse a contracorriente, como fue el caso de Cantares, una frivolité que acabó por convertirse en un celebrado acontecimiento.

Pues bien, Eladio y los Seres Queridos han publicado el miércoles nuevo disco, Historias de caza, en el que regresan a su territorio natural, el de la música popular contemporánea. Un territorio en el que abundan los depredadores y poco propicio para quienes como ellos defienden la libertad y la singularidad creativa por encima de la alienante protección de la tribu.

No lo tenían fácil tras aquella obra maestra que fue Orden invisible. El propio Eladio reconoce que tras aquel disco vivió una etapa de vacío «en la que tenía la sensación de que ya lo había dicho todo». Con Historias de caza viene a demostrar que no era así, que le queda mucho por decir. Y que lo mejor es cómo lo dice. Ajeno a la pedantería tan al uso, actualizando con brillantez cánones clásicos desde la naturalidad y la frescura. En ello tiene mucho que ver, sin duda, el hecho de que este disco haya sido grabado durante año y medio en el propio domicilio de Eladio, sin productor ni ingeniero. Ese carácter doméstico se ha convertido en una impronta de este trabajo presentado en batín y zapatillas.

El nuevo disco de Eladio y los Seres Queridos es una oda al pop. A ese pop vibrante y eléctrico que huye de la ampulosidad y la afectación sin dejarse caer en la ñoñería. Con momentos realmente intensos como Tormenta, con unos arreglos de viento que para sí quisieran Calexico. Y otros casi naíf, de un minimalismo refinado y chispeante como Tormenta y tú, que evocan a ese otro gran compositor pop gallego que es Magín Blanco.

Asegura Eladio que es un disco «muy nueva era». Lo es porque abre caminos inexplorados en la sonoridad de esta banda. Es el caso de Bou Vian, un tema instrumental que igual podría acompañar a una escena de amor del cine español de los 70 que a una crónica trágica del neorrealismo italiano. O de Algún iluminado, un tema complejo de arreglos exquisitos con el que se abre el disco. Historias de caza incluye también la revisión de un tema que Eladio había grabado hace seis años, una versión de La leyenda del tiempo de Camarón, convertido en el momento más roquero del disco.