Elena Iturrieta (ELE): «La gente se ha cansado de la desigualdad y está muy harta»

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El festival Elas Son Artistas, que pretende reivindicar el papel de la mujer en la creación, acoge esta noche a ELE. Llega al Teatro Colón de A Coruña (20.30 horas) con un nuevo disco, maneras de artista grande y un empaque de lujo con cuerdas, vientos y un coro góspel

01 jun 2018 . Actualizado a las 11:08 h.

Dice Elena Iturrieta (ELE) que su principal meta cuando grabó el primer disco era que sus padres lo pudiesen escuchar en el coche. ¿Les gustó cuando llegó ese momento? «Sí, claro les gustó mucho y este también», se ríe. «Yo creo que haciendo las canciones sin más pretensión que lo que te trae y lo que te hace sentir es la mejor manera. Summer Rain nació así y este What Night Hides ha sido igual. Para mí es la mejor manera de crear mi música».

-Su disco me parece muy ambicioso, tanto en arreglos como en el acabado final. ¿No choca ese punto de partida con el resultado final?

-Sí, pero la ambición no tiene por qué ser mala. Pablo Cebrián, el productor, y yo somos muy perfeccionistas en nuestro trabajo, pero hasta el punto del TOC. Haces un disco y lo quieres cuidar al máximo, dándolo todo en cada detalle. Hay una orquesta acompañando varias canciones y lo enmarca en un estilo diferente a Summer Rain. Creo que hay más madurez, un sonido más cuidado y todo ha ido a otro lado.

-En las entrevistas habla de Leonard Cohen, Norah Jones o Coldplay, de artistas mayúsculos. ¿Es adonde se mira para el sonido?

-También me gustan minúsculos, no te creas [risas]. Si tiene ese sonido es cosa de Pablo, que mira más allá. Me alegra que llegue así, porque es que lo ha conseguido.

-En su caso la voz sobresale...

-Puede ser. Mi voz y mi piano. Es mi fiel compañero para la composición y es con el que me expreso mejor. Y el hilo conductor es mi voz. La voz está un poco más alta, sí.

-¿Valdrían esas mismas canciones cantadas a capela?

-A capela no lo sé, pero con el piano sí. Cuando hacíamos la premaqueta veía que así estaban ya bien y que podrían haber quedado más desnudas. Ahora voy a la radio y canto con voz y piano. Me siento cómoda haciéndolo con esas piezas. Eso no siempre pasa.

-Cuando un artista pop sale solo con un piano a escena da, al menos estéticamente, un punto de solemnidad. Parece que diga: «Esto va en serio». ¿A quién admiraba usted para tomar ese camino?

-A muchos, pero hay uno que me marcó especialmente, que es Leonard Cohen. Lo escuchaba desde muy pequeña en casa, porque lo ponía mi madre. Me ha marcado mucho. También los Dire Straits, muchas cosas de soul, Cindy Lauper...

-¡Vaya mezcla!

-Claro, yo escuchaba de todo. Teníamos en casa vinilos de todos los estilos. Mi hermano tuvo una época de Michael Jackson y otra de heavy. Quieres pensar que todo te influye para bien.

-Este eclecticismo sirve para explicar su falta de límites: usted incluso estuvo en la B.S.O. de la versión española del filme de animación «Frozen».

-Sí, eso viene por mi coro de góspel. Me tocó hacer un personaje. Yo fui uno de los pequeños trolls de Frozen.

-En directo lleva un pequeño coro góspel y cuerdas. Parece un pequeño lujo no muy habitual en un artista español.

-Llevo a dos coristas pero suenan como si fueran 15. Más que coristas son voces. A mí no me gusta que suenen atrás, por debajo, sino que estén a mi mismo nivel. Este disco es más cinemático. El hecho de que lleve una pequeña sección de cuatro cuerdas y dos vientos para el directo creo que le va a gustar a la gente.

-Su actuación se enmarca dentro de un festival que reivindica el papel de la mujer en la música. ¿Es el 2018 el año del cambio para la igualdad?

-Puede ser... La gente se ha cansado de la desigualdad que ha ocurrido mucho tiempo y está muy harta. También los hombres, porque esto no es solo una cosa de mujeres. La sociedad en general lo está asimilando. Es una evolución lógica.

Hoy, 20.30. Teatro Colón, A Coruña

ENTRADAS, DESDE 10 EUROS