«Love Life», el «Sexo en Nueva York» de los millennials

FUGAS

cedida

24 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Del sexo al amor. Así ha sido la evolución de las series románticas a lo largo de los últimos veinte años. Dos décadas en las que hemos visto cambiar la forma en la que la televisión interpreta las relaciones de pareja de la neoyorquinas (que no son las españolas, para qué engañarnos). Desde los primeros capítulos de la mítica Sexo en Nueva York (Sex and The City en su título original), en aquel lejanísimo 1998, hasta la recién estrenada Love Life (HBO), que ya se presenta con título en inglés, pasando por las emblemáticas Girls o Modern Love, el tema ha sido inagotable.

Si Carrie y sus amigas nos enseñaron que la vida de las solteras era muy envidiable y Hannah nos mostró en Girls que no todo era glamur y cosmopolitans, Darby, que interpreta la musa millennial Anna Kendrick, nos sorprende como una chica dulce y trabajadora que solo aspira a encontrar una pareja ideal y dejar el ajetreo de las copas de los viernes. Los millennials, que aunque parezca mentira ya surcan la treintena y afrontan responsabilidades y ataques de madurez, han visto en las historias de Love Life un reflejo de sus vidas. Muy alejada de las locuras y sofisticaciones de indumentaria de Carrie, Darby tiene empleos modestos en museos y galerías de arte y parece obsesionada con lograr un buen novio, aunque suene anticuado. En el camino hacia esta meta tendrá relaciones de todos los tipos: cortas, largas, repetidas, horrorosas...

Las calles de Nueva York, sus cafeterías, terrazas o escaleras de incendios son su campo de batalla. Un escenario en el que nosotros, veinte años después, nos sentimos como en casa.

Y también tiene una amiga, claro. La Samantha de turno. Sara Yang (que interpreta Zoe Chao) es una joven alocada y con tendencias alcohólicas que tiene un novio muy sensato con ansias de sentar cabeza que encarna el estilizadísimo Peter Vack (que hacía de bailarín en Mozart in The jungle).

¿Habrá boda?