Javier Peña, autor de «Agnes»: «Escribir en la sombra para los conselleiros te acaba afectando»

De la trama coral de Infelices al thriller psicológico con Agnes (Blackie Books). Javier Peña (A Coruña, 1979) escribió las primeras letras de su segundo libro en el 2017 pero no lo cerró hasta marzo del 2020, con un pie en la pandemia. El que fue asesor de dos gabinetes de la Xunta a lo largo de siete años en los que redactó más de mil discursos de conselleiros, vuelve a sorprender con una novela que engancha y en la que no olvida su universo compostelano. Agnes es la historia de una obsesión: la de una periodista por desenmascarar al autor del momento, un hombre sin rostro, Luis Foret.

­-¿Siente la presión del segundo libro, el que puede asegurar la consagración como autor?

-Sí, hay mucho más vértigo. Con Infelices no tenía ninguna expectativa real. Ahora que ya has vivido ese ciclo de las novelas es inevitable comparar y yo, que soy un poco obsesivo, sí que comparo. Esta novela supone un giro. Sigue estando la misma voz, pero el género y la forma de abordar la historia son muy diferentes. Es difícil abstraerse del examen cuantitativo y cualitativo. Tengo muchas ganas de saber qué les está pareciendo a los lectores.

­-¿Se presenta como periodista o escritor?

-No sé si llegará el día en el que pueda decir que soy escritor sin que me suene un poco a farsante. Me sigue pareciendo una palabra demasiado grande. Entiendo que soy escritor porque he publicado dos novelas con una editorial que está haciendo un trabajo increíble, pero me cuesta decirlo y me cuesta reconocérmelo.

­-Las personas que tienen la mala suerte de cruzarse con el protagonista de su libro son todas mujeres. ¿Cuál es el mensaje?

-Quería contar una biografía de alguien que se describe a través de las mujeres de su vida y que, por otro lado, tiene el infortunio de que todas las personas con las que se junta de una forma estrecha acaban muriendo o sufriendo una desgracia. Fue al final cuando me di cuenta de que no era casualidad que fueran mujeres, que Luis Foret absorbiera sus historias, las utilizara y acabara haciéndose famoso y rico a costa de ellas. Detrás hay una realidad bastante dura: el hombre que utiliza el talento e incluso la vida de las mujeres para medrar.­

-«Agnes» es también la historia de una obsesión: la de desenmascarar a alguien a quien se venera. ¿Pasó por un trance así?

-Soy muy obsesivo, he tenido muchas obsesiones con muchas cosas, pero no específicamente con personas. Intento escribir de lo que sé, de las profesiones que conozco. Trabajé muchos años como periodista, primero en un periódico deportivo y después como asesor. Ahora escribo libros y hago talleres de escritura creativa. En Agnes hay una pequeña crítica al mundo del periodismo actual: precario y de declaraciones. Durante mucho tiempo de la novela, Agnes se traga todo lo que le dice Foret sin contrastar. Algo que sucede mucho en el periodismo actual por las prisas.

-Agnes se convierte en una suerte de escritora fantasma, la biógrafa de Foret, aunque su nombre sí estará en la cubierta. ¿Esto es autoficción o pura invención?

-De alguna forma, como asesor en la Xunta, también fui un poco escritor fantasma. Escribía prólogos y discursos que iban con la firma del conselleiro o conselleira para quien trabajaba. Esa pérdida de identidad, el hecho de trabajar con el nombre del otro, a la larga acabas notándolo psicológicamente.

-Los escritores ocultos no son la excepción, están muy presentes en el mercado editorial. Algunos incluso escriben superventas, aunque no los conozcamos.

-En el caso de los personajes famosos que no saben escribir libros, pero publican una biografía, pienso que debería ir firmada también por quién la escribió realmente. Lo contrario es engañar a la gente.

-¿Alguna vez le encargaron una biografía?

-Pues sí. Me hicieron un encargo de una biografía de un político sudamericano que al final no salió. Fue algo muy marciano. Lo hubiese pasado fatal porque soy muy tímido, pero de ahí sacaría, seguro, otro libro. Me encanta cuando me pasan cosas raras, digo: «¡Aquí hay una novela!».

-Luis Foret, su protagonista con Agnes, es una Elena Ferrante de nuestros días.

-Sí, la idea de la novela me surge precisamente por Elena Ferrante. En el 2017 el fenómeno Carmen Mola no existía todavía y esta moda del misterio del autor desconocido, como un producto editorial para vender, como que dicen que es Luis Foret, se ha multiplicado en los últimos años. Hubo una investigación para tratar de saber quién era Ferrante, se especuló con una traductora por unos movimientos en su cuenta, pero no se pudo demostrar. Detrás de esa idea de Luis Foret está un poco esa crítica a ciertos productos editoriales. El mundo cultural es una industria en la que puedes poner el acento en la industria o en la cultura. Alcanzar el equilibrio es lo deseable.

-¿Prefiere indagar o desconocer?

-Cuando indagas demasiado en algo, al final, acaba perdiendo su gracia porque las cosas son más mundanas y humanas de lo que creemos. Las personas que veneramos son como nosotros y tienen defectos. Si queremos seguir idolatrándolas así, es mejor no acercarse.

-¿Echa de menos el periodismo?

-Creo que no era un buen periodista porque no era capaz de que la gente se abriera conmigo cuando apagaba la grabadora. Es ahí donde realmente surgen las noticias y los hilos por los que investigar.

-¿Lo han felicitado sus jefes de la Xunta?

-Mis jefes en la Consellería de Cultura estuvieron el otro día en la presentación de Agnes en Santiago y también fueron a la de Infelices. El exconselleiro, Roberto Varela, me felicitó a través de las redes por la primera novela. 

-¿Con su trayectoria, no se plantea un «thriller» político para su tercera novela?

-Hace cuatro años que no termino un borrador y tengo ganas de ponerme con la tercera novela. Hay varias ideas y ninguna es de momento un thriller político. Mi experiencia me la guardo porque igual la utilizo más adelante, pero ahora no es de lo que más me apetece escribir.

«Agnes»

Javier Peña

EDITORIAL Blackie Books PÁGINAS 288 PRECIO 19,95

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