Ese ridículo afán

Mercedes Corbillón FUGAS

FUGAS

Juan Tallón y Paula Vicenti
Juan Tallón y Paula Vicenti

24 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La artista Paula Vicenti se pregunta en Obsesionados por encajar por nuestro fútil empeño de estar, de ser por lo que hacemos y no por lo que somos, de ocupar un espacio en la representación constante de nosotros mismos que hacemos a todas horas y mucho más en tiempos en que las redes nos invitan constantemente a manifestarnos, a crear un collage de nuestros anhelos y nuestras fantasías que nos hagan merecedores de la atención del otro.

Quién es el otro importa poco, porque es difícil saber quiénes somos entre tanto espejo deformante como para estar atentos al que nos mira, solo importa nuestro ridículo afán de alcanzar ese lugar en el mundo que creemos conseguir a golpe de clics, de visualizaciones, de presencia, de impostura.

Utilizo mucho esa palabra, impostura, porque soy muy consciente de serlo, como ahora mismo hablando de la obra de una artista de la que no sabía nada hace unos días y visitando galerías a las que siempre pienso que no se puede ir con unos bolsillos vacíos como los míos.

Quizás esa idea, como me explicó Javier, el dueño de Metro, hay que cambiarla, la de que el arte contemporáneo es un lujo inalcanzable. Todos podemos mirar y luego sentir y luego pensar.

Fui a la inauguración arrastrada por mi amigo Juan Tallón, que escribió para la exposición un texto como todos los suyos, inteligente, y con su mirada esquinada, original y divertida.

La de Paula también lo es y queda muy clara en sus cuadros, un gran juego de ideas e imágenes donde los seres humanos buscan acomodo perfecto como si fueran las piezas de un Lego.