Texas: «El éxito nos dio la libertad de hacer lo que nos da la gana»

FUGAS

La banda escocesa liderada por Sharleen Spiteri agota entradas para su concierto en Vigo y actuará en las fiestas de A Coruña

09 ago 2022 . Actualizado a las 09:05 h.

Tiene la banda escocesa Texas cierto regusto a clásico prematuro. Con un buen puñado de éxitos indiscutibles —como I Don't Want a Lover o Say What You Want— en su repertorio, han conseguido anclarse en esa cómoda posición de banda respetada y eficaz. Pero lejos de dejarse llevar por la corriente de la nostalgia y dedicarse a vivir de rentas, Sharleen Spiteri y los suyos recuperaron hará cosa de diez años una actividad frenética que los ha llevado a un régimen de publicación continua de álbumes con sus correspondientes giras, covid mediante, eso sí. Presentan Hi, su último disco, con dos conciertos en Galicia y colgando el sold out en el de Vigo, en el que Abraham Boba DJ Set (León Benavente) se ocupará del fin de fiesta. Asegura la cantante haber visto realizado aquel sueño de juventud en el que se veía emulando a figuras como Chrissie Hynde, Debbie Harry o Joan Jett: «Agradezco la comparación. Me he limitado a hacer lo que me gusta. Y lo sigo haciendo. Soy muy afortunada», cuenta con un marcado acento de Glasgow.

 ­—¿Cuál es el secreto para mantenerse tantos años sin desgastarse?

—Realmente no lo sé. Puede que tenga que ver el hecho de que aunque somos parte de la industria musical, en cierta manera no somos parte de la industria musical. Es decir, lo único que realmente nos importa, lo único realmente relevante como banda, es brillar con fuerza. Todo va de eso, de hacer grandes discos con grandes canciones. Y hemos tenido la suerte de haber hecho unos cuantos discos que tuvieron el suficiente éxito como para permitirnos la libertad de seguir trabajando de la manera que nos da la gana.

­—Pero ha cambiado mucho la industria musical en todo este tiempo.

—El problema está en que a día de hoy es demasiado fácil y barato hacer música. Cualquiera puede grabar unas canciones y hacer un disco. Cualquiera puede colgar su música en internet o en las redes sociales. Hay muchas posibilidades ahí. Pero la otra cara de la moneda es que entre todo eso es más complicado destacar. Hay demasiada oferta, demasiadas bandas y mucha confusión. Pero hay muchos grupos jóvenes que se lo están trabajando de verdad. Esos que tienen la actitud punk rebelde para decirles a las compañías de discos que se jodan. Porque esas grandes multinacionales han perdido totalmente perspectiva. Se han olvidado de que lo importante es la música, que esto iba de hacer buenas canciones. Y en lo único en lo que están interesadas es en hacerse con los derechos de los catálogos completos de las grandes estrellas y comerciar con ellos. Su arrogancia es extraordinaria. Nosotros solo queremos hacer buenos discos.

­—Vienen presentando su último trabajo discográfico, titulado «Hi». ¿Es otro disco forjado en la pandemia?

—Realmente fue escrito antes de la pandemia y debería haber salido antes del primer confinamiento. Pero se retrasó, porque mi madre se puso enferma y tristemente murió justo antes de que nos encerraran. Fue justo la semana anterior a que nos mandasen quedarnos en casa, así que, como puedes imaginar, mi estado de ánimo no era el mejor para pensar en presentar un disco. Durante la pandemia la gente terminó olvidando que había mucha gente sufriendo. Aunque había muchas personas que me animaban a sacar el disco precisamente porque me decían que la gente necesitaba más que nunca música en esos días, yo no podía evitar pensar que detrás de eso lo que realmente había era una intención de hacer caja en un momento en el que la gente estaba luchando por salir de una situación desesperante. Si crees que un disco de Texas va a conseguir levantar el ánimo de aquellos que perdieron a algún familiar durante la pandemia es que estás loco. Teníamos clarísimo que no sacaríamos ningún disco mientras la situación fuese crítica.

—En el disco cuentan con la colaboración de Wu Tang Clan.

—Es una relación que se remonta a los años noventa, cuando la música era realmente importante. Wu Tang Clan vinieron a Glasgow con Public Enemy y se empaparon de todo lo que aquí había. Teníamos algo en común. Ellos eran una rareza, unos forasteros en Nueva York, igual que nosotros lo éramos en Londres, ya que somos escoceses. Y esa sensación de no encajar en la escena creó un vínculo entre las dos bandas.

­—En un principio parece que es imposible que los sonidos de ambas bandas se armonice, pero el resultado final es sorprendentemente natural.

—Estoy totalmente de acuerdo. Es que, al final, se trata de música, sin más. Es lo único que queremos hacer, tanto ellos como nosotros, sin que nadie nos encasille ni nos diga dónde están los límites.