Ana Obregón, todo es peor si eres señora y vieja

Mercedes Corbillón

FUGAS

Europa Press Reportajes

31 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

No quiero hablar de actualidad, aunque arrastra un poco mi pensamiento como si este fuera un tronco empujado por la corriente y va dando golpes contra las orillas, de vez en cuando boquea sobre el agua, a veces se sumerge en el lodo, como ahora, que escucho a un tertuliano decir que un embarazo no tiene ninguna repercusión para la salud de la mujer, que no afecta nada a un cuerpo. Supongo que ese hombre no sabe nada de vejigas desplazadas, de hemorroides para siempre, de una nueva talla de calzado cuando nunca deshinchan del todo los pies. Por no hablar de las posibles complicaciones de un parto, de la situación de riesgo que asumen esas mujeres que aceptan llevar en su vientre al que será hijo de otros.

Pienso en esa persona que ahora está saliendo de un hospital de Miami, también en silla de ruedas, pero sin una cámara detrás porque ella es invisible, diminuta, insignificante. Quizás tenga un desgarro en la vagina, quizás dentro de unos días tenga una mastitis en un pecho y en lugar de leche le salga pus por los pezones sanguinolentos, pero no importa, los cuerpos de las mujeres se venden, y lo que es mejor para el mundo rico al que pertenezco, los cuerpos de las mujeres se compran.

Me acuerdo de las protagonistas de El parque de los perros, donantes de óvulos en Ucrania, sufriendo tratamientos durísimos, examinadas como animales en la feria por aquellos que buscan por generaciones los rastros de la salud y la belleza, obligadas a disimular la pobreza. Los que pagan quieren tener limpia su conciencia.

También pienso en otra mujer a la que todos los dedos señalan, también el mío, una mujer derruida por la muerte de un hijo. Seguramente el semen es suyo y ahora esté siendo al mismo tiempo abuela y madre, qué sé yo. Ha sido ella y su imagen con el bebé en brazos la que nos ha hecho hablar de este tema. Me pregunto por qué las políticas feministas no denuncian los vientres de alquiler cuando los usuarios que invierten en su felicidad son hombres. No he visto este revuelo con la paternidad de otros, tan subrogada y monetizada como esta.

En nuestra sociedad, todo es peor si eres una señora y vieja.