Emilia Pardo Bazán, más cuentista que condesa

FUGAS

PINTO Y CHINTO

La prolífica literata coruñesa escribió más de 600 relatos: policíacos, fantásticos, de terror, de zombis y vampiros, sobre violencia de género, y la Galicia rural y urbana de finales del XIX

21 jul 2023 . Actualizado a las 15:21 h.

Es mediodía y pedaleo cuesta arriba, en paralelo al muro de piedra del pazo de Meirás. Hipnotizada por la exuberancia de las hortensias azules que me salen al paso, pedaleo sin descanso tras una madrugada leyendo historias góticas de Emilia Pardo Bazán. Y ahora, que me acerco en bicicleta a su casa más querida, me pregunto si estarán abiertas las ventanas de las torres y, bajo este sol vehemente de julio, me parece escuchar el repiqueteo de su máquina de escribir, atravesando las ramas de los árboles que casi puedo tocar con los dedos, atravesando la brisa del tiempo que nos separa.

 «Con esta paz del campo, esta dulce plenitud de la vida que trae el estío y la expansión de la naturaleza, perece que me siento más deseosa que nunca de afecto», confiesa la autora de Los Pazos de Ulloa, que aprovecha los veranos en Meirás para disfrutar de sus hijos, recibir a amigos y escribir la «cosecha» de invierno que después se llevará a Madrid.

Trabajadora tenaz e incansable, publica más de 600 cuentos, desde 1865, siendo solo una quinceañera, hasta 1922, un año después de su muerte, con la antología póstuma Cuentos de la tierra.

Literata profílica y versátil, y una de los mejores cuentistas de la Europa decimonónica, la autora coruñesa escribe por las mañanas, en la torre de La Quimera, donde está su amada biblioteca y el llamado balcón de las musas: «Si salgo a respirar el fresco matinal para despejarme la cabeza antes de ponerme al trabajo, tengo a dos pasos el bosquecillo, cuyas calles en cuesta se abren difícilmente paso por entre macizos de aralias, paulonias, castaños de Indias y retamas de perfume embriagador cuando están florecidas».

Desde descripciones preciosistas del paisaje gallego hasta relatos crudos y sórdidos de muertes violentas, que son criticados en su época, la fabulación de Pardo Bazán no conoce límites. Pionera en escribir cuentos sobre zombis y sobre violencia de género, firma relatos fantásticos, intimistas, históricos, realistas, policíacos, humorísticos… En la mayoría de ellos está presente la Galicia rural y urbana de finales del siglo XIX y principios del XX; lo sobrenatural, en forma de leyendas, fantasmas, magia y vampiros; y su pesimismo sobre la condición humana: «La miseria, brutalidad e ignorancia de los campesinos», como afirma la catedrática de Literatura y también escritora Marina Mayoral. Además, incorpora a sus obras las jergas de las clases bajas, antes incluso que Galdós y Blasco Ibáñez.

Feminista radical, como se autodefine, las protagonistas de algunos de sus mejores relatos son mujeres maltratadas, entonces desprotegidas por la ley, como en El encaje roto, Las medias rojas y El indulto. Este último cuenta la historia de una lavandera, cuyo marido ha asesinado a su suegra y, al salir de la cárcel, regresa a casa para cumplir sus amenazas de muerte por haberlo delatado: «Y el niño fue quien, gritando desesperadamente llamó al amanecer a las vecinas que encontraron a Antonia en la cama, extendida, como muerta». Relatos sobre violencia machista que Cristina Patiño Eirín, profesora de la Universidade de Santiago de Compostela, reúne en el 2018 en la antología El encaje roto.

 Narraciones góticas

«No hay género más amplio y libre que el cuento; no hay, entre los más insignes, cuentista algo fecundo que no explote todas las canteras y filones, empezando por el de su propia fantasía y siguiendo por los variadísimos que le ofrecen las literaturas antiguas y modernas, escritas y orales», sostiene Pardo Bazán en el prefacio de Cuentos de amor (1898).

La atemporalidad de sus relatos, que hoy se mantienen vigentes, los convierte en clásicos. «Ardían los cuatro blandones soltando gotazas de cera. Un murciélago, descolgándose de la bóveda, empezaba a describir torpes curvas en el aire. Una forma negruzca, breve, se deslizó al ras de las losas y trepó con sombría cautela por un pliegue del paño mortuorio. En el mismo instante abrió los ojos Dorotea de Guevara, yacente en el túmulo», así comienza La resucitada, una de sus narraciones góticas, un auténtico cuento de zombis para el lector actual.

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Llama «celda» a su lugar de trabajo, pero no parece que sufra escribiendo. En su última entrevista antes de morir, le preguntan si escribe con facilidad. «Ya lo creo. Si no, no escribiría. Escribir no es cavar. Y el cuento es mucho más fácil», contesta, como recoge Eva Acosta, en su biografía Emilia Pardo Bazán. La luz en la batalla. En 1904, ya asegura a un periódico que escribiría, auque no le pagasen porque «I like my work», dice, y presume de que sus ingresos literarios ya cubren sus gastos personales; «son unos setenta y cinco mil duros», calcula.

Pese a sostener que se dedica a la literatura «por la Quimera, el anhelo de perfección artística y la pasión artística», los cuentos le permiten profesionalizar su vocación porque llegan a más lectores y están mejor pagados que las novelas. La mayoría son publicados en prensa de la época, como El Liberal, El Heraldo, El Imparcial o Blanco y Negro, y en medios ingleses, franceses, alemanes y latinoamericanos.

Admiradora del genio francés del relato, Guy de Maupassant, cree que el cuentista «debe ceñirse al asunto y encerrar en breve espacio una acción, drama o comedia. Todo elemento extraño le perjudica». La estructura de los cuentos pardobazanianos suele contener una introducción extensa con descripciones líricas, una narración corta del hecho y un final abrupto o abierto a la elección del lector.

Heredera de Flaubert, Poe y Balzac, a quienes dedica homenajes metaliterarios, la escritora gallega introduce algunos de sus relatos recurriendo a la tradición oral: «La leyenda del destripador, asesino medio sabio y medio brujo, es muy antigua en mi tierra. La oí en tiernos años, susurrada o salmodiada en terroríficas estrofas, quizá al borde de mi cuna, por la vieja criada (...)», como presenta el magnífico Un destripador de antaño (1900).

Un talento «macho»

Católica y carlista, culta y feminista, gran viajera y lectora voraz, mujer libre e intelectual independiente, es una agitadora de ideas y apasionada por las batallas a campo abierto, como la define Eugenio d’Ors. Políglota y gran conocedora de las literaturas francesa y rusa, escribe, además de 600 cuentos, 40 novelas, 1.500 artículos, 12 ensayos, 10 libros de viajes, 7 obras de teatro, 6 biografías y un poemario.

Sus colegas dicen que tiene un talento «macho», pero hasta tres veces le niegan un sillón en la Real Academia Española, solo por ser mujer. En marzo de 1912, La Voz de Galicia inicia una campaña para que Pardo Bazán sea académica: «La idea está lanzada y en marcha. Para Galicia debe ser una cuestión de honra. Para La Coruña, un fervoroso empeño de amor propio tanto como de justicia». Una campaña, que encabezada en Madrid por el extinto diario republicano El País, y apoyada por El Imparcial y La Época, no logra su objetivo.

Aunque había heredado de su padre el título de condesa, no lo utiliza hasta mayo de 1908, cuando el rey Alfonso XIII se lo entrega en reconocimiento a su trabajo como escritora. «No lo usaba sencillamente por lo habituada que estaba a mi nombre literario, al cual está unido la obra de mi vida entera. Llevaré este título que se me ha otorgado en consideración a mi labor literaria, como se lleva la cruz ganada en el campo de batalla», promete Pardo Bazán, con la única soberbia que puede ser admirable, su soberbia defensiva ante el machismo imperante y los insultos misóginos de sus coetáneos. Siempre más cuentista que condesa.

Hoy, cuando su casa de la calle Tabernas permanece clausurada por obras, su biblioteca sigue empaquetada en un polígono industrial y sus queridas Torres de Meirás están cerradas al público por diligencias judiciales con los herederos del dictador, nos quedan sus cuentos, leer sus inolvidables cuentos, aunque sea durante una cálida madrugada de verano. Como ella decía, con sorna, a sus invitados: «¿Qué hacéis ahí, perezosos?».

LIBROS DE RELATOS DE PARDO BAZÁN

«La cita y otros cuentos de terror»

Una decena de historias cortas y extraordinarios cuentos de terror que recopilan buena parte del imaginario fantástico gallego, con el sello pardobazaniano. Edición y prólogo, de la escritora y crítica literaria Care Santos. Las ilustraciones son obra de Elena Ferrándiz.

EDITORIAL Nórdica Libros PRECIO 18 euros

 «El encaje roto. Antología de cuentos de violencia contra las mujeres»

Reúne 35 cuentos acerca de la violencia física, psicológica, sexual, patrimonial y social sobre la mujer. Edición y prólogo, de Cristina Patiño Eirín, profesora de la Universidade de Santiago.

EDITORIAL Contraseña Editorial PRECIO 15,20 euros

«La resucitada. Antología de cuentos oscuros»

Son 13 cuentos de literatura gótica llenos de conjuros, pócimas, ánimas en pena, amuletos, vampiros, espectros y supersticiones en torno a la magia, lo sobrenatural y el mundo de los muertos. Edición, ilustraciones y prólogo de Pablo Gallo.

EDITORIAL El Gallo de Oro PRECIO 17 euros

«Cuentos»

Eva Acosta, biógrafa de Pardo-Bazán y especialista en su obra, ha seleccionado sus mejores cuentos fantásticos, policíacos, realistas, humorísticos, de misterio, históricos o intimistas, que se mantienen tan vigentes, actuales e intemporales como cuando fueron ideados y escritos por la autora gallega.

EDITORIAL Lumen PRECIO 21,75 euros

«Cuentos de amor»

Son 43 relatos tragicómicos, románticos, sátiro-burlescos, intencionadamente recatados y plagados de esperanza e inocencia, o llenos de picardía y de malicia que exhiben a la aristocracia rural alejada de la realidad de la época. Es una edición de María Elena Ojea Fernández.

EDITORIAL Hermida Editores PRECIO 18 euros

«Historias y cuentos de Galicia»

Esta colección se adentra en las costumbres y problemas de la Galicia rural y urbana de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, y trata temas tan vigentes como los conflictos por la tierra, el campesinado, el caciquismo y la emigración. Un tesoro literario.

EDITORIAL Verbum PRECIO 17 euros