Bien apadrinada por Evaristo y Manolo Kabezabolo, la banda punkgalaica acaba de lanzar su primer larga duración
21 dic 2023 . Actualizado a las 12:12 h.Hace dos años, cinco tipos procedentes de las cuatro esquinas de Galicia unieron sus extravíos musicales para formar The Eskarallas. El invento nació bien apadrinado por Evaristo Páramos, legendario patrone del punk ibérico desde los tiempos seminales de La Polla Récords, que se brindó a meter voz en uno de sus temas. Desde entonces se han producido varios cambios. Para empezar, la base rítmica al completo. Lo importante es que acaba de salir a la luz su primer larga duración, grabado con Edisco y Fernando Campos. Trece canciones que tocan varios palos del punkerío sonoro sin perder jamás su aroma clásico, la mala baba y una ironía afilada que golpea duro, en la neurona y en la encía. Su presentación en directo vendrá de la mano de otro monstruo, Manolo Kabezabolo, que el 11 de enero desembarcará en la Mardi Gras de A Coruña junto a Menuda Txusta para celebrar el 40 aniversario de su frenética presencia sobre los escenarios. Esta gente son Xavi y Gorka (guitarras), Trilli (batería), Santi (bajo) y Julen (voz), que por algo es quien habla.
—No sé yo si con tanto perreo es el mejor momento para darle al punk.
—Ahora que hay tanto perreo es un buen momento para ladrar. Mira, no voy ni a opinar. El que quiera algo interesante, que lo busque y que lo encuentre.
—El disco dura unos 38 minutos. Breve.
—Y el siguiente lo vamos a recortar más. No quisimos colaborar con ningún sello de la Península y financiamos la grabación nosotros mismos. Luego, con un crowdfunding, pudimos sacar las copias en vinilo. El único sello con el que colaboramos es de Bogotá, porque queremos que nuestra música esté bien presente en Latinoamérica. En los directos estamos tocando ya canciones para un segundo álbum, con una gran acogida. De hecho, tenemos algo pendiente con Miguel Costas.
—Costas, a todo esto, recordó el otro día que Alaska les había llamado paletos de pueblo. A Siniestro Total, quiero decir.
—Sí, sí, lo leímos. No diré nada hacia la gente de las grandes ciudades, porque no quiero ser como esa casta elitista. Pero cada vez que escucho que Alaska fue la reina del punk me dan arcadas.
—Hablando de nombres «senlleiros», pronto estarán por aquí Green Day, Offspring y Marky Ramone. ¿Alguna preferencia?
—Hombre, no es que vaya a pagar 24 euros para que Marky Ramone se compre otra peluca, pero me quedo con él. Soy un gran seguidor de los Ramones. Aunque el Dookie de Green Day también es cojonudo. Yo quería ir un poco por ahí, canciones más ramonianas. Pero al final tienes que soltar lo que llevas dentro.
—En las letras mucha tregua no hay.
—Pero siempre con sátira. Ya nos reíamos debajo de las mascarillas, aunque pensaban que no. Hay que aprender a reírse.
—Además de Evaristo, en el disco están Josetxu (Piperrak) y el propio Manolo Kabezabolo apadrinando el asunto.
—Grandes padrinos. A Manolo, en concreto, le hizo mogollón de ilusión, porque estaba teniendo una mala racha. La peña creía que en su tema, Nadan, íbamos a hablar de drogas. Pero no. Quisimos llevar a Manolo hacia otro lado, y me enorgullece un tanto. Si quieres escucharle cantar sobre drogas, compra su primer disco.
—Mola mucho y sorprende la versión de «Love Me, I'm A Liberal» de Phil Ochs, un tipo bastante olvidado, una especie de Dylan rojo que no acabó muy bien.
—Totalmente necesaria; esa versión tenía que estar. Creo que la gente debería escuchar a Phil Ochs. Tiene los ingredientes secretos para que una boba sopa cerebral se convierta en revolucionaria y excitante.
—Por no hablar de ese alucinante «Medley» entre «O tren» de Andrés do Barro y «Demolición» de Los Saicos, aquellos peruanos protopunk de los años 60.
—Todo vino porque Tximi siempre ponía en el Bar Tolo de Compostela [el último resistente del Casco Vello de Santiago] el puñetero Tren de Andrés do Barro. Teníamos que hacer algo para renovar la versión y que nos pusiese a nosotros. Y ahí estaban Los Saicos, con esa actitud salvaje y visceral. El punk es un comportamiento visceral. Ahora que tenemos el término acuñado, es fácil echar la vista atrás y decir esto sí y esto no. Pero, en realidad, esa actitud la llevamos viendo desde el cine de los años 20, por lo menos. Mira La parada de los monstruos. Es una película superpunki. El tema es que la versión quedó como dios, muy divertida.
—En un par de semanas toca presentación en directo del disco. Con Manolo Kabezabolo y su gira de cuarenta años. Todo en un fin de semana.
—Sí, la verdad es que estamos muy contentos. Acabamos de estar en Mallorca y las salas nos están funcionando de puta madre. La peña está pillando las entradas para vernos en directo, y creo que eso es lo que somos, una banda de directo supersalvaje. El público se contagia, no le cuesta venirse para delante, sin dejar ese corrillo vacío típico delante del escenario. Así que, sí, va a ser un fin de semana muy intenso. A ver si lo aguanta el Manolo, que nosotros somos jóvenes y rebeldes [risas].
—¿Y para pillar el disco?
—Hemos empezado con los envíos. De la versión en vinilo quedan muy pocas copias, no sé si habrá unas ciento y poco libres. Busca en esa tienda que tú sabes en tu ciudad. Allí estará, aunque de momento solo en el entorno de Galicia.
Santiago Sala Sónar 12 enero. 22h. 16 euros
Melide pub gatos 13 enero. 23h. 16 euros
(Los dos con Manolo Kabezabolo)