Sí, la extrema izquierda existe

FUGAS

Edurne Uriarte y Ángel Rivero llenan un hueco con un libro indispensable sobre el peso del extremismo de izquierda en varias naciones europeas

05 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Un fantasma recorre Europa. Eso piensan hoy no pocos ciudadanos: que el espectro del fascismo transita de nuevo por nuestro continente, de Alemania a Italia, de Polonia a Portugal, de Francia a Holanda. Frente a tal convicción, hay que recordar otra vez a Talleyrand, cuando afirmaba que todo lo exagerado es insignificante. Porque hablar a estas alturas de fascismo es, sin duda, una exageración. Una exageración que conduce a no valorar en su justa medida el verdadero desafío al que nos enfrentamos: el fortalecimiento de partidos de extrema derecha que, por unas razones o por otras (de la inmigración al desafío de los nacionalismos periféricos, pasando por la inseguridad pública o el avance del delirio woke), han conseguido instalarse con fuerza en países donde la democracia liberal sigue teniendo, pese a ello, un apoyo social ampliamente mayoritario. Por más que sea muy mala noticia, creer que los millones de europeos que votan a los partidos de Meloni o de Le Pen lo hacen para acabar con sus respectivas democracias (eso, y no otra cosa, significó el fascismo en su momento) es la mejor forma de no entender nada de lo que está pasando en gran parte del mundo occidental. Como lo es, también, creer que el peligro proviene de uno solo de los dos extremos del espectro.

Sesgo social

Porque, la extrema izquierda existe. ¡Vaya que si existe! Para demostrarlo, con el utillaje científico de la teoría política y de la politología, Edurne Uriarte y Ángel Rivero han coordinado un libro espléndido, que pone de relieve hasta qué punto sufrimos, tanto en la esfera científica como en el ámbito político, un sesgo que condiciona la visión social sobre la importancia de los extremismos de izquierda en Europa Occidental. Una importancia que replica en gran medida la que la extrema izquierda ha tenido y sigue teniendo aún en América Latina. Nada mejor para abordarlo que recurrir el análisis comparado. Los profesores Uriarte y Rivero lo han hecho con la colaboración de reconocidos especialistas, que se encargan de estudiar el extremismo de izquierda en varias naciones europeas: Portugal, Alemania, España, Reino Unido, Francia, Italia y Suecia. Tras ese análisis de casos, que conforma la primera parte de la obra, la segunda se centra en un estudio transversal de la extrema izquierda en Europa Occidental, en el Parlamento europeo y en América Latina. Los trabajos, inicial y final, de los dos editores sobre la naturaleza de la extrema izquierda (Uriarte) y su transformación en Europa (Rivero), completan un libro que llena un hueco solo explicable por el sesgo al que antes se hacía referencia.

Democracias amenazadas

El mismo sesgo que permite entender que el absoluto descrédito en Occidente (aunque no solo en Occidente) del fascismo y del nazismo sea paralelo al respeto del que aún goza el comunismo en algunos ámbitos profesionales y políticos. No recuerdo quien tuvo la humorada, por lo demás precisa, de afirmar, antes de la caída del muro de Berlín, que el comunismo era un sistema político admirado en algunos países del este de Europa y en algunas Universidades norteamericanas. Y es cierto: nadie en su sano juicio que quisiera competir en la política de Occidente se definiría hoy como un nazi o un fascista, mientras que hacerlo como comunista goza aún para no pocos de un aura de luchador por la justicia y la igualdad que la experiencia histórica del socialismo desmienten de un modo tan trágico como apabullante.

La extrema izquierda en Europa Occidental trata, con argumentos poderosos, de poner las cosas en su sitio. Porque las amenazas para algunos de los principios de las democracias liberales tal y como las conocemos desde después de la Segunda Guerra Mundial no proceden solo de los extremismos y populismos de derechas sino también de los de izquierdas, tanto más peligrosos cuanto más agazapados. La evolución de nuestro sistema político desde el 2015 en adelante lo pone de relieve con una meridiana claridad. La preocupación científica y política por el ascenso de Vox es incomparable a la que existe en ambas esferas por la presencia de fuerzas de extrema izquierda (Podemos, Sumar, EH Bildu, ERC o BNG) fuerzas que, en mayor o menor grado, han influido en la gobernación de España desde el 2018 en adelante. Solo ese sesgo, que se analiza con precisión en un libro de lectura indispensable, explica lo que de otro modo sería insólito: que los mismos que gobiernan con Sumar, y antes con Podemos, y en ambos casos con el sostén de la extrema izquierda nacionalista, hayan hecho de su denuncia del peligro de la extrema derecha uno de sus principales argumentos para mantenerse en el poder.

«La extrema izquierda en Europa Occidental»

Edurne Uriarte y Ángel Rivero (Coordinadores)

Editorial Tecnos, Madrid, 2024