Xoel López: «Creo que debería tocar "Ojalá que llueva café" en mi retorno al Noroeste»

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Xoel López en la arena de la playa de Riazor de A Coruña, donde hoy actuará como cabeza de cartel del festival Noroeste.
Xoel López en la arena de la playa de Riazor de A Coruña, donde hoy actuará como cabeza de cartel del festival Noroeste. ANGEL MANSO

El músico vuelve como cabeza de cartel al festival en el que en el 2012 sufrió el rechazo de parte de sus fans. Doce años después, le encantaría encontrar al que enfadado gritó: «¡Esto parece Juan Luis Guerra!»

09 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque en las redes sociales haya circulado la idea de que Xoel López goza de algo así como una plaza fija en el festival Noroeste Estrella Galicia de A Coruña, lo cierto es que lleva doce años sin aparecer en su cartel. Y no solo la distancia temporal y lo emblemático del emplazamiento hace de este recital algo especial. También, volver a un escenario donde en el 2012 presentó Atlántico, un punto y aparte definitivo. Pese a tratarse de una obra maestra, se tropezó con la agridulce realidad. Había 20.000 personas viéndolo. Pero pocas gozando como otrora lo habían hecho con Deluxe, el alias que usó entre el 2001 y el 2008. «¡Buff! —suspira—. Recuerdo el concierto como el Dépor estos años. Remando y remando, como una lucha para no hundirme. Eran los principios de una nueva etapa, lo más duro de mi carrera. La clave ahí era mantenerme, en donde quiera que estuviese».

Aquel día, Xoel vio como una buena parte de su público no alzaba el pulgar. Y del mismo modo que a Bob Dylan le gritaron «¡Judas!» en la eléctrica gira inglesa del 66, a Xoel también le reprocharon el cambio. «¡Esto parece Juan Luis Guerra!», se oyó desde la arena. Fue su «¡Judas!» particular. El de unos fans que veían con horror esos devaneos hacia la bachata, la salsa y la canción de autor latinoamericana. Con el tiempo, el seguidor desencantado de Dylan salió a la luz. «¿En serio? Así que tenía su ego también», reflexiona Xoel. ¿Le gustaría que apareciese el que gritó en Riazor lo de Juan Luis Guerra? «¡Ojalá, molaría mucho! ¿Estás ahí leyendo esto? ¡Haznos una señal y manifiéstate!», se ríe el músico. El de Dylan admitió haberse equivocado. ¿Qué piensa que diría su fan defraudado? «Seguramente, lo que diría seguiría sin importar —comenta—. Es lo más importante de todo esto. Tienes que mantenerte firme, no te puede moldear el público con sus comentarios. Además, es totalmente aleatorio. Un día te dicen eso, y otro, todo lo contrario».

Quizá, de manera simbólica, estaría bien tocar ese Ojalá que llueva café que hizo en el concierto del 10.º aniversario de Atlántico, en el 2022. «Lo planteas como pregunta, pero yo me lo tomo como propuesta», se ríe. Ya puestos, ¿qué tal rescatar los monos que pintó Jorge Cabezas y que se enfundaron él y su banda en el 2007 en el mismo escenario? Duda: «Los conservo y me he planteado sacarlos, pero no sé si nos dará tiempo a todos». Cuando los usó por primera vez, Xoel se encontraba en la cresta de la ola con Deluxe: «En aquella época siempre caías de pie. Todo salía bien. Los bolos eran un éxito. Todo rodaba. Es algo que estoy viviendo un poco ahora».

ANGEL MANSO

No exagera. Quien haya visto a Xoel últimamente en un festival sabrá cómo le ha cogido totalmente la medida al formato. Después de los primeros bolos de Si mi rayo te alcanzara (2020) —un disco con una parte atmosférica y difícil para esos espacios—, el músico armó sets mucho más equilibrados. La alegría fluye ahora contagiosa de inicio a fin, mientras himnos como Hombre de ninguna parte, Ningún hombre, ningún lugar y Lodo se encargan de llevarlo todo al paroxismo. A esta secuencia se ha unido Caldo espírito (2023), con piezas que han llegado para quedarse. «Fort da, Elevarte caer, Mágica y eterna... Hay varios temas que ya funcionan como hits y la gente los canta como tal», confirma Xoel. La primera, una de las mejores canciones de su carrera, se despliega sobre el escenario como un corazón en erupción. Ha calado. «Me hace gracia porque me sale en el Spotify sin buscarla. O sea, el algoritmo ya te lleva para ahí. Es mi favorita del disco también», confirma.

Inspiración por el camino

Xoel contempla la playa de Riazor desde el Atlántico 57, el local hostelero donde hace una semana se hizo esta entrevista, un día de lluvia ligera. «Este no es como cualquier otro concierto para mí. Esperamos que no llueva», desea mientras muestra su app del tiempo. «La consulto constantemente», se ríe. En ese mismo móvil deja escritas canciones. La última, compuesta de camino al encuentro, habla de A Coruña, el noroeste, la nostalgia y las aceras mojadas. Enseña sus versos. ¿Tenemos la canción coruñesa requedefinitiva de Xoel López a la vista? «Va por ahí. Me dio una cierta melancolía, de cosas de mi infancia y mi adolescencia. Me vino la inspiración. La empecé a escribir en Juana de Vega y hasta que te encontré. ¡Me fastidiaste el estribillo!», bromea dejando constancia de un constante movimiento creativo sin fin. Acaba de revisar en crudo los temas de su último disco con las Sesiones Espíritos: «Esto es como decir: ‘Mira, aquí tienes la carne vuelta y vuelta. Con un poco de sal escamada. También tengo la elaborada, si te apetece'. Como amante de la música, me gusta mucho ver también la versión desnuda. De hecho, una tradición histórica que tengo es ducharme antes de los conciertos en el hotel con el Bob Dylan acústico de la primera época sonando».

Así las cosas, el cantante de Blowin' in The Wind esparcirá su espíritu antes de pisar las tablas. Luego, se verá lo que ocurre en ellas. Una pista. Después del encuentro, llegó un wasap del artista: «Saco dos conclusiones de la entrevista Debería tocar Ojalá que llueva café en mi retorno al Noroeste y también ponerme el mono de Deluxe». No confirma nada, eso sí. La solución, hoy viernes en la playa de Riazor a las 22.30 horas.