Richard Osman, el superventas que creó el selecto «Club del Crimen de los Jueves»: «Es más divertido un personaje de 70 años que uno de 20»

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Mientras ultima el salto televisivo de «El club del crimen de los jueves», el productor y presentador televisivo británico vuelve a las librerías con un insólito trío de protagonistas en «Resolvemos crímenes»
11 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.No hay terreno que se le resista a Richard Osman (Reino Unido, 1970). Tras varios años colándose en las casas de millones de británicos a través de la pequeña pantalla, este multifacético presentador y productor televisivo decidió hacerlo vía literaria. Y su prosa no solo se ha quedado en territorio anglosajón. Su humor británico y sus historias detectivescas han conquistado al público allende los mares. Con su saga de misterio El club del crimen de los jueves —cuyos protagonistas, un grupo de detectives septuagenarios que viven en una residencia de ancianos, rompen todos los cánones literarios— Osman ha hecho un camino de ida y vuelta y, tras pulverizar todos los récords en las librerías, regresa a su medio: la pequeña pantalla. Porque el escritor ultima una adaptación para Netflix, que contará con un cartel inmejorable: Steven Spielberg de productor y un elenco que conforman gigantes como Helen Mirren o Pierce Brosnan. Pero Osman sigue abriendo nuevas investigaciones y la última que ha aterrizado en las librerías llega, una vez más, sostenida por un trío de protagonistas inmejorable: un policía retirado con una vida anodina y su inquieta nuera, que ejerce como guardaespaldas de la tercera en discordia: una novelista de éxito que se lo ha vivido y bebido todo. Con esta terna, Osman inicia su nueva saga Resolvemos asesinatos.
—El pistoletazo de salida del libro es una muerte terrible que, sin embargo, es capaz de sacarte una carcajada…
—Cuando escribo sobre cosas reales que pueden suceder, mi mente siempre acaba yéndose a la comedia. Al ser una nueva saga, quería empezar la historia de una manera muy distinta a cómo lo hice con El club del crimen de los jueves. Tenía claro que quería empezar con un crimen, pero siempre me planteé hacerlo con esa declaración de intenciones divertida. Sí, al personaje del primer capítulo le pasa una cosa terrorífica, pero lo que quería es que los lectores identifiquen inmediatamente que volvemos a estar ante una de mis historias.
—Una vez más escapas de personajes jóvenes y reivindicas a los mayores a través de Steve, un policía retirado. ¿Se ha olvidado la literatura de ellos?
—Me resulta interesante que la gente diga que Steve es mayor, porque tiene 60 años, solo seis más que yo. ¡Dios mío, qué horror! Me preocupa… Pero sí, me gustan los personajes más añosos. Me interesa mucho más esa sabiduría que tienen, la experiencia de la vida… A veces se les infravalora y se les deja de lado. Y es un auténtico error. Es una experiencia maravillosa meterte en la cabeza de una persona de esa edad y pensar que seguramente no vas a cambiar su opinión o que quizás sí que lo puedes intentar. La realidad es que te lo puedes pasar tan bien con un personaje de 70 años. Nada que ver con uno de 20….
—El mercado del thriller se mueve en dos sentidos. Por un lado, la novela negra cruda y luego autores que apostáis por historias que, a pesar de relatar crímenes atroces, son un lugar de calma para el lector.
—Cuando empecé a escribir El club del crimen de los jueves, los libros de éxito eran los nordic noir, ese thriller psicológico muy gore. Pero yo quería escribir un libro sobre personajes. Nunca pensé en ir en contra de todo esto. Mi intención simplemente era hacer el libro que a mí me gustaría como lector: básicamente una buena historia de misterio con unos personajes muy buenos que te hicieran reír. Todos esos ingredientes me parecieron básicos. No fue una decisión consciente, sino que fue el libro que salió de mi corazón. Lo que vino después fue muy gratificante. Ver que la gente también quería leer esas historias fue genial, porque prueba que la mayoría seguimos creyendo en la humanidad, en la amistad, en la risa, y en la bondad del ser humano.
—Los ingredientes del cozy crime...
—Es que yo no me identifico con cozy crime. Hablo de demencia, de adicciones, de envejecimiento… Se parece a ese género porque es cómico. Pero yo creo que a la gente le gustan mis libros porque son auténticos, porque son genuinos. Puedes reírte pero también hay dolor. Hay pérdida. Y hay tristeza. Si solo haces cozy crime, si tu intención es simplemente plasmar un mundo mejor, no creo que sea lo que la gente quiere leer. Tiene que tener calidez, pero también tiene que tener su sentido y su realidad.
—En esta nueva novela tenemos a un policía retirado, una guardaespaldas y una escritora de misterio… Vaya combo.
—Mi idea era escribir una novela itinerante, que se desarrollara por todo el mundo y que tuviera unas dosis de lujo, por eso escogí lugares como Dubái. También quería que uno de los personajes fuera un pez fuera del agua, alguien a quien no le interesara nada el lujo, y ahí apareció Steve, un policía jubilado que ya pasó sus años de adrenalina y que lo que quiere es quedarse en su casa con su gato y una taza de té. Cuando decidí que quería mandarle a viajar por todo el mundo, surgió el personaje de Amy, su nuera, que es guardaespaldas de millonarios y todo lo opuesto a él. Ella necesita aventura y adrenalina. Cuando tenía al dúo de detectives surgió el personaje de Rosie D'Antonio, al que Amy estaba protegiendo. Es una novelista de éxito en los 80 que conoce Hollywood, que se ha casado varias veces, que ha ganado mucho dinero, que se ha fumado todo lo que se tenía que fumar, bebido lo que se tenía que beber y vivido lo que tenía que vivir. Y ese trío me encantó. Supe desde el principio que sería una forma interesante y divertida de presentar una nueva serie.
—¿Te has inspirado en algún autor real para crear el personaje de Rosie D'Antonio?
—Sí, en Jackie Collins, que junto con su hermana, la actriz Joan Collins, se comieron Hollywood. Se casaron con millonarios, gastaron todo lo que podían gastar y tuvieron una vida apasionante. Luego yo le di a Rosie D'Antonio su propia vida, pero me interesaba mucho escribir sobre alguien que ha tenido todo el éxito del mundo, que se ha casado con no sé cuántos millonarios, que se ha bebido todo en este mundo... Y de repente se encuentra con dos compañeros nuevos y simplemente se deja llevar por vivir una aventura. Es un personaje fabuloso. Me ha encantado tenerla para jugar con ella, porque no sabes por dónde te va a salir. Vive a 100 por hora y es impredecible.
—¿Eres más de resolver crímenes en un pub con tranquilidad como Steve o de viajar en busca de aventuras como Amy?
—Si preguntaras a la gente qué porcentaje de Amy o de Steve tienen, seguramente que muchos te contestarían que 50 % de cada uno. Yo soy 100 % Steve. Me encantaría tener esa adrenalina, esa energía y esas ganas; pero es que soy puro Steve. Soy feliz en mi casa, con mis gatos, mi esposa y mi tele.