«El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes»: el libro que cada verano se cuela entre los más vendidos

FUGAS

Librerías y lectores cimentaron el éxito silencioso de una novela modesta, en cuanto a presupuesto, que rompió los moldes y crece cada año
15 ago 2025 . Actualizado a las 22:23 h.Acaban de lanzar la vigésima edición en rústica y preparan una edición especial, en cartoné, con una nueva portada y un prólogo de Tatiana Tibuleac, para este otoño, que sería la vigésima primera. Entre las ediciones españolas y las latinoamericanas, que la editorial Impedimenta imprime en países como Colombia, México o Argentina, llevan cerca de 120.000 ejemplares vendidos. Y lo que es más peculiar para los editores, a pesar de que lo habitual es lo contrario, es un libro que cada año vende más que el anterior.
El boca a boca y la prescripción de los libreros [como fue mi caso, siempre estaré agradecida a la librería Moito Conto] hicieron posible que una novela que se pensaba destinada para un público reducido se haya convertido en un título de referencia en apenas siete años. El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes (Impedimenta, 2019), de la escritora moldavo-rumana Tatiana Tibuleac (Chisinau, 1978), continúa arrebatando el corazón y dando un puñetazo en el estómago a miles de lectores. Público y crítica abrazaron esta obra que, como cada verano, vuelve a las listas de los más vendidos.
Fenómeno de ventas
Un hijo problemático y una madre moribunda que se dan una segunda oportunidad. «El libro me llegó gracias a Marian Ochoa de Eribe, la traductora de Mircea Cartarescu. Me llamó diciendo que era el libro más emocionante que había caído en sus manos en mucho tiempo. Se trataba de una autora nueva, moldava, hasta entonces desconocida en su país. Pero me pasó algunas páginas y he de decir que me atrapó instantáneamente. Había en él una mezcla de violencia y poesía que rara vez se encuentra. Y que abordaba un tema espinosísimo con una fuerza literaria increíble. No dudamos en contratarlo», recuerda el editor del sello independiente, Enrique Redel. Impedimenta fue, de hecho, apostilla, la primera editorial extranjera que apostó por él.
Cuando lo anunciaron en el plan editorial del 2019, no lo incluyeron como una de las grandes apuestas. «Autora nueva, tema complicado, fuerte tono poético, era casi esa novedad literaria que recomendarías casi de tú a tú». Lo que ocurrió es que, poco a poco, «por la recomendación de las librerías, por el boca a boca, por lectores que se lo recomendaban unos a otros, el libro empezó a escalar. Hasta que, seis meses después de la publicación inicial, las ventas se dispararon», confirma Redel.
El verano se ha ganado la condición de clásico contemporáneo. «Lo es gracias a los lectores. Es un fenómeno de ventas, sin duda, no dirigido, sino espontáneo, que ha nacido de la pasión de lectores y librerías, no de una campaña ‘dirigida’ por la editorial, no hay en su éxito nada de márketing. Tiene algo real y genuino detrás», argumenta el editor.
¿Las razones de este éxito? «Que pocas veces se ha abordado de un modo tan bello, tan poderoso y tan sincero, tan perfecto, la herida profunda que la enfermedad causa en las relaciones familiares. Es un libro que, a pesar de su dureza, es inspirador, sanador. Finalmente, es la historia de una madre y un hijo que se reencuentran, que recuperan incluso lo físico (tocarse), que subyace a la maternidad», describe Redel.
Respecto a que sea precisamente en verano cuando las ventas despuntan, el editor encuentra un motivo: «En realidad, se trata de un libro que mucha gente tiene en perspectiva a lo largo del año, y que solo en estos días, en los que tenemos algo más de tiempo para leer, para reflexionar, para emocionarnos, se permite abordar. La lectura de este libro es una experiencia profunda, pero requiere tener algo de tiempo para respirar. Este no es un libro de usar y tirar, sino de leer y guardar».
El verano fue Premio Cálamo Libro del Año 2019, Premio Las Librerías Recomiendan 2020 y Premio Novela Europea Casino de Santiago 2020 en España. Su autora, hasta entonces una desconocida en el panorama literario europeo, se consolidó como escritora con su primer título. Después vino El jardín de vidrio y ahora acaba de comunicar a la editorial que ha terminado el tercero, en el que lleva trabajando cuatro años.
«Por lo que sabemos, es una novela de tintes autobiográficos en la que habla de la relación con su padre. En cuanto la recibamos, la pondremos en calendario. Calculamos que se publicará en otoño del 2026, con la traducción, naturalmente, de Marian Ochoa de Eribe», avanza Redel.
De nuevo, una historia de hijos y, en este caso, padres. Esa compleja relación en la que la autora se maneja tan bien. Con crudeza y emoción. «Los ojos de mi madre eran un despropósito/Los ojos de mi madre eran los restos de una madre guapa/Los ojos de mi madre lloraban hacia dentro/Los ojos de mi madre eran mis historias no contadas/Los ojos de mi madre eran las ventanas de un submarino de esmeralda».