Enrique Villaverde (Eurolatón): «Esas situaciones que te hacen llorar de impotencia te fortalecen»

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

LA GALICIA ECONÓMICA

CAPOTILLO

Dice que las empresas deben ser flexibles, porque siempre surgen oportunidades

16 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Si alguien sabe lo que se siente al morir y renacer es Enrique Villaverde Pego (Moraña, 21 de marzo de 1968), consejero delegado de Eurolatón, con sede en Caldas de Reis. La compañía fue una de las pioneras gallegas que abrió mercado en China, y también tuvo una gran presencia en Alemania, Argentina o Cuba... Las cosas iban bien -aunque sorteando la dura crisis del ladrillo del 2007, que obligó a realizar desinversiones- hasta que Carlos Pérez, uno de sus consejeros y principal accionista, falleció. Joven, de manera repentina. Ese fue un punto de inflexión que acabó con la compañía en un concurso voluntario y luego en la liquidación.

-Con la muerte de Carlos, que falleció sin tener testamento, todo se complicó jurídicamente muchísimo. Gestionamos la situación pero presentamos la liquidación...

-En ese momento renació la compañía.

-Sí, en el juzgado otros tres responsables de la compañía y yo hicimos una oferta conjunta. Fue la única que se presentó y el juez nos la autorizó. En ese momento Manufacturas y Distribuciones Salnés (que es hoy su denominación social) se quedó con Eurolatón España. Los socios en el exterior ejercieron el derecho de tanteo y adquirieron sus respectivas compañías.

-¿Cómo llevó lo de renacer o morir?

-Fue muy difícil. Carlos, con el que tenía total confianza, era el líder de Eurolatón. De repente, y de manera inesperada, falleció. Los primeros tiempos fueron muy traumáticos, pero nos decidimos a seguir, en parte, para continuar todo lo que se había creado.

-¿Lloró alguna vez?

-En esa fase de preconcurso y concurso, muchas veces. Era una situación nueva y desconocida. Esa impotencia de no saber si estás acertando, de no saber cómo dirigirte a las personas que están a tu alrededor. Sobre todo cuando no sabías si ibas a saber sacar el barco adelante. La nueva compañía se creó a finales del 2014, y ahí respiré porque, en ese momento, si la empresa salía adelante dependería de nosotros.

-A las empresas se las enseña a nacer, pero no a morir.

-Cierto. Yo estaba convencido de que tras equilibrar los balances en medio de aquella gran crisis, la fase más dura había pasado. Pero no fue así. Ocurrió que lo único que no habíamos planificado, el protocolo familiar, nos llevó a la liquidación.

-¿Tiene hecho el testamento?

-Hoy la situación es distinta, porque en aquel momento la mayoría del capital era de Carlos. Pero sí, yo lo tengo hecho.

-Cualquier empresario debe de tener hecho su testamento...

-Es fundamental. Esas cuestiones más personales del equipo directivo pueden afectar al día a día de una empresa, por muy bien gestionada que esté.

-Ustedes fabrican...

-La mayoría de nuestra facturación (60 %) se corresponde con herrajes. Pero sí es cierto que hemos diversificado hacia líneas nuevas: sector eólico, automoción, biomecanización... Y dentro del sector del herraje nos hemos redirigido hacia el contract, donde se busca más valor añadido y productos exclusivos. Si hacen un hotel de cinco estrellas, (Meliá, Four Seasons, el que sea), buscan un producto exclusivo por diseño, calidad de los materiales... Solemos ir de la mano de empresas líderes en diseño como Martínez Otero, Cándido Hermida o Ramón García. Ellos sí hacen el producto final, nosotros colaboramos con ellos para que oferten esa llave final del proyecto. Intentamos apoyarlos al darles ese valor diferenciador frente a la competencia, y así ganamos todos.

-¿Están relocalizando?

-Sí. Es complicado vender exclusividad si la estás fabricando muy lejos de tu lugar de trabajo.

-¿Proyectan expandirse?

-Somos una empresa global. Lo fuimos en nuestros orígenes, cuando todavía había fronteras con Portugal, y lo vamos a seguir siendo. Lo llevamos en nuestros genes. Somos capaces de ver el mundo desde una óptica global, aunque siempre estando comprometidos con la creación de valor en el lugar donde estamos implantados. Tenemos relación con Chequia, Alemania o México. Abrimos en Perú con otro socio. En Cuba, donde somos proveedor admitido por el Gobierno, el bueno del amigo Trump nos ha machacado vivos... Nuestro mundo es global pero siempre pensando que nuestra matriz seguirá en Caldas.

-¿Cuál es su plan de negocio?

-Terminaba en el 2021, con previsión de crecimiento importante, pero el covid lo echó abajo. No nos planteamos renovarlo hasta que tengamos ciertas certidumbres.

-Por ser globales, ¿qué piensa si yo le nombro a Trump?

-Afortunadamente ya se fue.

-Biden.

-Crea expectativas de una relación internacional más estable, pero creo que estará muy poco tiempo. Por edad y porque el tema de Trump está muy enquistado.

-Ángela Merkel.

-Fue buena para la UE por su peso político y su vocación europeísta. Es importante que quién la suceda tenga esa misma vocación.

-Macron.

-A Macron lo veo más folklórico. No está al nivel de Merkel.

-Sánchez e Iglesias.

-Uf, qué difícil... A Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias, en conjunto, no los veo. Otra opción que diese más fortaleza a España, como la que se llevó a cabo en Alemania [gran coalición PSOE-PP] tampoco la intuyo. Hay demasiados conflictos internos, demasiadas dificultades para que un Gobierno tan inestable por aritmética pueda asumir retos tan complicados.

-Y si en este contexto, yo le digo Eurolatón.

-Si todo lo que hemos comentado de puntillas sirve de algo es para desarrollar una capacidad de resiliencia espectacular. Creo que saldremos fortalecidos. No hay otra opción que la de ser positivos. Hemos pasado todas las calamidades habidas y por haber, y hemos entendido que la única forma de solucionarlas es afrontándolas con positivismo Las adversidades acaban creando estructuras muy fuertes. Esas situaciones que te llevan a llorar de impotencia (como la que describí al inicio) son una formación que te ayuda a afrontar retos y situaciones ,que requieren cambios rápidos y profundos. Te fortalecen. Es en donde nos encontramos ahora: tenemos que ser muy flexibles porque no sabemos lo que va a pasar mañana. Pero, pase lo que pase, habrá que adaptarse y pensar que por muchas dificultades que haya existirán oportunidades.