Semáforos y bancos con sello gallego en calles de toda España

LA GALICIA ECONÓMICA

Iago Martínez, gerente de Edigal, en una calle de Vigo
Iago Martínez, gerente de Edigal, en una calle de Vigo M.MORALEJO

La empresa familiar de Pontevedra Edigal lleva casi tres décadas vistiendo calles, sin olvidar la calidad, la sostenibilidad y la creación de riqueza local

13 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A un ciudadano gallego que pasee por las calles de Santander o de Cádiz pueden resultarle familiar las piezas de mobiliario urbano que encuentra por estas ciudades españolas. Posiblemente se trate de algunas de las que salen de la fábrica que Edigal tiene en Pontevedra, empresa familiar referente en sector eléctrico y mobiliario urbano que trabaja en más de un centenar de ayuntamientos gallegos y que está presente por toda la Península Ibérica. «Diseñamos pensando en el ciudadano, en la utilidad, en el material, y además intentamos generar una identidad de marca; por eso es la misma pieza en cualquiera de las ciudades en las que trabajamos», explica Iago Martínez, gerente de la firma. También subraya el hecho de que fabrican sus piezas con criterios ambientales y sin que ninguna parte del proceso salga de Galicia, desde su concepción hasta su desarrollo. «Un banco, una papelera, una jardinera, un aparcabicis o un semáforo pueden cumplir su función básica y, al tiempo, contribuir a mejorar el paisaje rural y urbano, el medio y la economía local y autonómica», explica.

Edigal nació hace casi tres décadas dedicada exclusivamente a la fabricación de cuadros eléctricos pero, con el tiempo, incorporaron el diseño industrial, debido a la propia demanda de los arquitectos municipales, que les pidieron tapas para aquellos cuadros, y más tarde semáforos. A partir de ahí, el campo de actuación se fue ampliando a todos los objetos que conforman las calles de las ciudades: «Fue una evolución estática pensada para integrar las piezas en el entorno y transmitir identidad», recuerda Martínez, que añade que después vino el cambio de materiales, con materia primas locales e intentando dar una segunda vida a los materiales. Así nació el ecodiseño con el que reducen el impacto visual de los armarios eléctricos, con una estética que se integra en el paisaje. Además son capaces de producirlo con materiales reciclados y favoreciendo a frenar el proceso de deforestación, usando madera certificada, empleando restos de residuos para los listones de sus bancos o midiendo su huella de carbono, algo más común hoy en día, pero que en la planta de Pontevedra ya hacen desde hace diez años. Actualmente, la firma trabaja por toda la Península Ibérica, aunque sus principales clientes están en Galicia, Cataluña y Andalucía. La sede central está en la ciudad del Lérez y tienen delegaciones comerciales en diversos puntos de España. Y también, a lo largo de su historia, han trabajado en el exterior, con delegaciones en Francia, Marruecos e Italia: «Ahora estamos centrados en el mercado nacional para impulsarnos y volver a salir al exterior», avanza Martínez.

La alternativa sostenible

El gerente de Edigal reconoce que el mercado en el que trabajan está actualmente muy concentrado: hay una empresa que lo lidera, pero con un producto de importación de bajo coste. Por eso, ellos se muestran como la alternativa sostenible: «Apostamos por el talento local para lograr un efecto multiplicador que vaya más allá de nuestra actividad, predicamos con el diseño, las materias primas y la mano de obra gallega», reitera. Hace un llamamiento a las administraciones para que vayan más allá de las palabras contra el feísmo y les recuerda que si se adquieren productos de más calidad, estos serán mucho más duraderos. «Estamos convencidos de que los vecinos también lo prefieren».