Según el autor, «todos formamos parte del fenómeno Esteban», que es una mujer que cuenta su vida en directo.
30 sep 2010 . Actualizado a las 20:26 h.El publicista argentino Miguel Roig acaba de concluir el libro Belén Esteban y la fábrica de porcelana (Ediciones Península) en que analiza, a través de la evolución de la figura de la «Princesa del pueblo», los cambios que se están produciendo en la sociedad, que ha pasado de las certezas y del trabajo seguro a la flexibilización laboral y el malestar perenne. «Madame Bovary leía folletines y se daba de bruces contra el mundo al intentar llevar esos personajes a la realidad; Belén Esteban no copia a nadie: se ha inventado uno que irrumpe como un elefante en una fábrica de porcelana y arrasa con todo sin freno alguno».
«El modelo de culebrón ha entrado en crisis porque ya no refleja lo que está pasando en la sociedad, se ha quedado anticuado. Ese formato ha muerto y ha surgido Belén», afirma el publicista argentino. El autor define a la ex de Jesulín como «una mujer que está contando su vida en directo», un culebrón de la vida real en tiempo real. «El éxito social está en sufrir de manera constante», añade.
Según Roig, «todos formamos parte del fenómeno Esteban», en tanto que somos parte de una sociedad que lo genera. «Belén Esteban es madre, vecina, ama de casa, alumna de baile, ciudadana desencantada. Pero no es artista, ni periodista, ni actriz que justifique su presencia en los medios. Te puede gustar o no, pero estás en una sociedad que crea el personaje», apunta. «Igual que cuando hay un accidente en la vía aminoramos la velocidad para mirar con morbo si hay sangre», ejemplifica. «Ha sabido aprovechar el momento. Cuando lo dejó con Jesulín de Ubrique, en vez de irse a casa a llorar, se fue a los platós y dijo aquí estoy yo», relata.
Capacidad histriónica
Y en esta vena camaleónica, Roig ve unas condiciones tremendas a la Esteban. «Tiene un talento ilimitado, por eso fascina», señala el autor, que es el director creativo de la agencia Saatchi & Saatchi. Y es que a la vez que discute con su ex pareja a través de la cámara crispada, puede sonreír a una persona del público que le hace un guiño en el plató y al mismo tiempo puede sugerirle algo a Jorge Javier Vázquez. «Tiene atributos que le permiten actuar y moverse con total espontaneidad, genera empatía. A partir de ahí, se pone en marcha el personaje. Si alguien lo ha creado es el inconsciente colectivo», remata el autor.
Sobre las presuntas posibilidades políticas que le concede una encuesta realizada en el programa en el que colabora (Sálvame), que la situaría como la tercera fuerza a nivel nacional, Roig cree que Belén Esteban no tiene aspiraciones en este sentido. «Fue el programa el que aprovechó la política para generar audiencia, pero a partir de un argumento de la realidad». ¿Y se aprovecharán los políticos de la Esteban para captar votos? «Si Sarkozy usó el romance con Carla Bruni para ponerlo en la agenda política, aquí te puedes esperar cualquier cosa», concluye.