El asunto llegó a los tribunales porque las monjas que vivían en el lugar se oponían a la venta alegando que la cantante «violaba sus creencias»
15 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.En julio del año pasado, la cantante Katy Perry hizo una oferta de compra de un convento a la archidiócesis de Los Ángeles. Ofreció casi 13 millones de euros por la propiedad, que está en una de las mejores zonas de la ciudad, el barrio Los Feliz. La archidiócesis aceptó y la cantante debió empezar a pensar ya en cómo sería su futura casa en un edificio que imita las villas romanas y tiene tres hectáreas de terreno. Pero las monjas que aún vivían en él no estaban de acuerdo.
Aunque hija de pastores protestantes, la cantante no es un modelo de comportamiento según los estándares católicos. Y las monjas se opusieron a la venta alegando que Perry «violaba sus creencias». Además llegaron a un acuerdo de venta con otro comprador, la restauradora californiana Dana Hollister, que ofreció unos 13,8 millones. Las hermanas alegaron también que se habían decidido por Hollister porque les garantizaba que podrían seguir gestionando la residencia para sacerdotes que aún funciona en el convento, aunque todas las informaciones apuntaban a que la restauradora quería hacer del convento un hotel de lujo.
En el rifirrafe intervino el obispo José Gómez, que les dijo a las monjas que ellas no podían vender nada porque, aunque viven y administran el edificio, la propiedad es de la archidiócesis. Como no hubo acuerdo, el asunto llegó a los tribunales y ayer un juez decidió que es el obispado el propietario y, por tanto, la oferta de compra que tiene validez es la de Katy Perry.